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  • La cuarentena, el duelo que nos obliga a reinventarnos

    La cuarentena, el duelo que nos obliga a reinventarnos

    Durante esta época de confinamiento, donde nos hemos reencontrado con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, con nuestro hogar; mostrando una realidad con cosas buenas y no tan buenas. También ha sido una oportunidad de fortalecer los lazos y crear nuevos puntos en común con los miembros de nuestra familia.

    Nos hemos preguntado también sobre hacia dónde vamos, las cosas que importan realmente y sobre la muerte.

    Acercarnos a la muerte no es fácil y parece desagradable o triste. Pero el contexto mundial de pandemia primero nos llevó a ver la muerte lejana, como protagonista de cifras internacionales.

    Luego ahora, que en nuestro país se elevan las víctimas de Covid 19 y que tu vecino o tu amigo o familiar se contagia y fallece; la muerte te toca la puerta, la vez cara a cara y de frente.

    El problema es que culturalmente nos han enseñado a reprimir sentimientos y que de la muerte es mejor no hablar. Nada más alejado de la realidad, que es natural al ser humano. Todos vamos a morir, no tenemos nada más certero. No sabemos cuando ni cómo, pero es inevitable.

    Si esto es así, ¿porque no nos gusta o evitamos hablar del tema?

    La muerte deja al descubierto nuestra vulnerabilidad como seres humanos, y nos recuerda que no tenemos control absoluto de nuestra vida.

    El duelo es un proceso normal y esperado, luego de una pérdida significativa. Es necesario enfrentarlo y vivirlo. Bajo esta premisa, todo lo que implica una pérdida implica un duelo: rompimiento de una relación, perder el trabajo, cambiar de domicilio, muerte de alguien cercano, entre otros.

    La cuarentena que nos ha tocado vivir en la mayoría de países, por la pandemia de Covid 19 tiene inherente un proceso de duelo que debe ser analizado.

    Hemos perdido libertad de movimiento, dejado en pausa proyectos personales, algunos han quedado sin trabajo, otros han perdido de forma temporal a seres queridos, ya que solo podemos verlos a través de las pantallas; y en el peor de los casos hemos visto fallecer a amigos, familiares y conocidos, debido a esta terrible enfermedad. Además de esto, muchos no han podido despedirse de quienes han partido. Esto agudiza la situación.

    Entonces, ¿qué implicaciones tendrán estas pérdidas en la salud mental y emocional de todos nosotros, en el futuro cercano? Aún no podemos saberlo. Lo que si sabemos es qué podemos hacer hoy, en el presente, para reorganizarnos y vivir estos duelos de forma sana y constructiva.

    Ten cerca a quienes parecen lejos… utiliza las tecnologías, no reprimas el llanto, no dejes de decir te amo y te extraño. Es normal sentir miedo y tristeza de vez en cuando, y es mejor expresarlo de forma sincera y oportuna.

    Cuando te sientas desanimado… enumera todas las cosas buenas que te ha traído esta cuarentena: más unidad familiar, momentos de autoconocimiento y reflexión. Todos tenemos cosas por las que estar agradecidos, aún en medio de los peores momentos.

    Incorpora nuevas actividades a tu rutina… incorpora en tu día a día actividades de relajación y autocuidado, 10 minutos al sol también trae beneficios para tu salud y estado de ánimo. Caminar al aire libre, realizar ejercicios físicos, o practicar un arte o tocar un instrumento también puede ayudar.

    Si no pudiste decir adiós… tómate tiempo para llorar y extrañar, esto forma parte de tu proceso de sanación. Concreta rituales de despedida como escribir una carta a quien ha fallecido. De acuerdo a tu fe o espiritualidad , puedes orar o encender una vela, como símbolo de recogimiento.

    El duelo tiene varias fases, que incluyen pasar por negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Debemos llegar en algún momento al nivel de aceptación de la nueva realidad y sentirnos cómodos con lo que implique. Esto no se logra de un día para otro, lleva tiempo y mucho trabajo de equipo. Con apoyo de toda la familia es más fácil y llevadero lograrlo.

  • Maternidad en tiempos de Coronavirus

    Maternidad en tiempos de Coronavirus

    Luego de varios meses de no escribir, por nuevas responsabilidades laborales, me he animado a tomar de nuevo este espacio para compartir con ustedes un par de reflexiones sobre lo que nos está tocando vivir.

    La cuarentena es una realidad para muchas madres. Algunas la vivimos en casa, bendición grande podes hacer trabajo desde casa, que es mi caso. Otras, por la naturaleza de su labor deben estar al frente de las trincheras, como enfermeras, policías o doctoras.

    Algunas trabajan fuera de casa, sirviendo a otros. No están expuestas de forma directa, pero igual no pueden estar en casa con su familia: periodistas, cajeras de banco, dependientes en tiendas de abarrotes y farmacias, trabajadoras de empresas de servicios básicos o de empresas de alimentos.

    Existe otra realidad, esas madres que deben salir a trabajar, sino sus hijos no comen: comerciantes, vendedoras informales, empleadas del hogar. Y si hablamos de las embarazadas

    Sea cual sea la situación, todas debemos buscar nuestra salud física y mental para poder transmitir tranquilidad en nuestro entorno laboral y familiar.

    Para esto lo primero es realizar actividades de autocuidado: tomar una pausa para tomar agua o alguna bebida como un té, cerrar los ojos y meditar u orar, salir a tomar aire. Parece algo utópico, pero es necesario hacer una pausa de la vorágine de negatividad, pesimismo, tristeza, cansancio e impotencia que podemos llegar a sentir. Hasta llorar un poco, si es necesario, puede ayudarnos a descargar.

    Mantener un orden en casa puede ayudarnos también a nuestra tranquilidad. Me refiero a un horario establecido, que sea flexible y variado, pero necesario para que todos en el hogar se sientan seguros y en control. Incluye en este horario espacios para divertirse, descansar, hacer ejercicio, leer, tiempo personal libre, actividades o juegos en familia.

    Habla con tus hijos sin miedo y sin ocultar información. Busca usar ejemplos y palabras que sean acorde a su edad. Siempre con un tono y enfoque positivo. Escucha qué piensa y cómo se siente. Tú también se honesta y comparte tus sentimientos. Eso fomentará la empatía y la comunicación.

    Que estos momentos nos encuentren fuertes y esperanzados. Recuerda que debes cuidarte primero tú para poder cuidar bien y mejor de los que te rodean. A pesar de la crisis, las familias se fortalecen y tienen una gran oportunidad de cultivar y cosechar cosas positivas.

    Ante todo, veamos estos momentos como oportunidades de fortalecer lazos de amor y tiempo de calidad con quienes nos rodean. Que el coronavirus nos deje cosas buenas.

    Seguro el olor del mar, el abrazo de quien está lejos, esa comida que tanto me gusta, el olor al pasto mojado y otros detalles que parecían estar siempre ahí serán más valorados y disfrutados cuando todo vuelva a la normalidad. Esa normalidad que no puede volver a ser la misma, ya que luego de esta pandemia debemos ser mejores personas.

    mua1.jpgPor: Beatriz de Echeverría Comunicadora social. Esposa y madre de 5 hijos (dos en el cielo y  3 en la tierra). Escribe en el blog “De Familia, dos puntos“ desde hace 10 años, sobre temas relacionados con la familia y la educación de los hijos. Es facilitadora de temas sobre familia y matrimonio. Tiene estudios sobre Orientación familiar, Manejo de duelo y Disciplina Positiva. Autora del cuento infantil “La Ventana Mágica”. Sus artículos han sido publicados en elsalvador.com, Revista Educar en familia, Revista Maternity and Kids, Revista Ser mamá hoy y en lafamilia.info