“Miércoles Mudo” es un carnaval de blogs o blog hop iniciado por Maybelline de Naturalmente Mamá y participar es muy fácil, solo debes publicar los miércoles una foto (s) sin escribir nada para explicarla (s) (de ahí viene lo mudo). Luego no olvides enlazar en el linky que está debajo y dejar un comentario en cada uno de los blogs que decidas visitar. Para conocer como nació el Miércoles mudo y sus reglas, puedes hacer click aquí.
Etiqueta: Parto
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Miércoles Mudo – Ya llegó Nicolás
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Cuando nace un hermanito
Hermoso libro nos regala Emily Menéndez – Aponte, publicado por la editorial San Pablo. En él nos muestra como una familia de duendes se prepara para la llegada de un nuevo bebé.Con lenguaje sencillo y claro se le va explicando a los hermanos mayores qué pasará antes, durante y después del hermanito/a. Cada idea está apoyada con una ilustración grande y bien elaborada.
Esta guía para hermanos mayores abarca desde la espera del bebé, cambios en casa; y otros aspectos que ayudarán a los niños a entender todo lo que implicará la llegada de ese nuevo miembro de la familia.
Libros como estos nos pueden ayudar a la hora de explicar a los niños todo alrededor de este gran acontecimiento y, al mismo tiempo, conocer y aclarar las dudas que ellos puedan tener.
En casa, aunque ya hay dos hermanos mayores, compramos este libro pensando que, con la llegada de un tercer bebé, y Daniela siendo ya más grande que cuando nació Bobby, tendría otras inquietudes o preguntas.
Lo principal es que, entender y esperar con alegría a un hermanito, colabore a minimizar los celos y rivalidades que pueden darse entre ellos. Que el hermano mayor comprenda su rol y la importancia que tiene en la familia. Y lo más importante, que vea a su nuevo compañero, no como un rival o intruso, sino como un regalo de Dios y de sus padres.
Otros libros de la autora
Imagen tomada de la Web
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Consagración a La Sagrada Familia
Oración y Consagración
Fuente: Devocionario.com
ORACIÓN
Sagrada Familia de Nazaret: enséñanos el recogimiento, la interioridad; danos la disposición de escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros.
Enséñanos la necesidad del trabajo de reparación, del estudio, de la vida interior personal, de la oración, que sólo Dios ve en lo secreto;enséñanos lo que es la familia, su comunión de amor, su belleza simple y austera, su carácter sagrado e inviolable. Amén.
CONSAGRACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA I
Oh Jesús, Redentor nuestro amabilísimo, que habiendo venido a iluminar al mundo con la doctrina y con el ejemplo, habéis querido pasar la mayor parte de vuestra vida, humilde y sujeto a María y a José en la pobre casa de Nazaret, santificando a aquella Familia que había de ser el modelo de todas las familias cristianas; acoged benigno la nuestra, que ahora se dedica y consagra a Vos.
Dignaos protegerla, guardarla y establecer en ella vuestro santo temor, con la paz y concordia de la caridad cristiana, para que imitando el ejemplo divino de vuestra Familia, pueda alcanzar toda entera, sin faltar uno solo, la eterna bienaventuranza.
María, Madre de Jesús y Madre nuestra, con vuestra piadosa intercesión haced que sea aceptable a Jesús esta humilde ofrenda, y obtenednos su gracia y bendición.
Oh san José, custodio santísimo de Jesús y de María, socorrednos con vuestras plegarias en todas las necesidades espirituales y temporales, a fin de que en unión con María y con Vos, podamos bendecir eternamente a nuestro divino Redentor Jesús. Así sea.
CONSAGRACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA II
Señor Jesucristo, quien con María y José consagraste la vida doméstica con Tus inefables virtudes, concede que nosotros, con la asistencia de los dos, podamos aprender con el ejemplo de La Sagrada Familia y podamos atender a su eterna fraternidad. Por quien vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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Nuestra Señora de la Leche y el Buen parto
Fuente: http://www.corazones.org

http://www.corazones.org/lugares/usa/san_agustin_fl/a_san_agustin.htm
Oraciones
Hermosa Señora de La leche, amadísima madre del Niño Jesús y Madre mía, escucha mi humilde oración. Tu corazón de madre sabe todos mis deseos, todas mis necesidades. Solo a ti, Inmaculada Virgen, tu hijo Divino ha dado a comprender los sentimientos que llenan mi alma.
Tuyo fue el sacro privilegio de ser Madre del Salvador. Intercede ahora con Él, mi amadísima Madre, para que, de acuerdo con Su voluntad, pueda yo ser madre de otros hijos enviados por Nuestro Señor. Esto pido, O Señora de La Leche, en nombre de tu Hijo Divino, mi Señor y Redentor. Amén.
O Señor Jesucristo, por la intercesión de Tu tierna Madre, Nuestra Señora de la Leche, quien te llevó cerca de su corazón durante esos largos meses antes de tu nacimiento, me entrego en tus manos. Líbrame te imploro, de preocupaciones inútiles y consumidoras.
Acepta el sacrificio de mis males y dolores, los cuales yo uno con tus padecimientos en la cruz. Sobre todo, misericordioso y amadísimo Jesús, protege de todo mal a este hijo que tú me has dado, dotándolo de la salud y vigor que necesita cada niño. Inculca en mi corazón y en mis labios las palabras y las oraciones de tu Madre y la mía, Nuestra Hermosa Señora de La Leche. Todo esto pido en fin de que mi hijo y yo podamos vivir para alabar eternamente tu Santo Nombre. Amén.
A ti, Hermosa Señora de La Leche, y a tu hijo Divino, dedico ahora esta criatura que nuestro Señor me ha dado. Pido que me obtengas las gracias físicas y espirituales que necesito, para cumplir mis deberes a cada momento.
Inspírame con los sentimientos maternales que sentiste durante la época que pasaste al lado del Niño Jesús. Consigue que yo, imitándote a ti, O Señora de la Leche, alimente a mi hijo en perfecta salud. En todas las cosas, ayúdame a seguir el ejemplo, que tú, modelo perfecto de todas las madres, me has dado.
Permite que mi familia refleje las virtudes de tu Sagrada Familia en Nazaret. Por último, encomiendo a tu cariñoso cargo todas las madres de la tierra, en cuyas manos Él ha confiado las almas de Sus pequeños. Amén.
Historia
En Madrid, una estatua de la Virgen de Nuestra Señora de la Leche que había sido rescatada de manos sacrílegas, fue expuesta en el hogar de un matrimonio piadoso. Cuando parecía que seguramente morirían tanto la madre como el hijo innato, Nuestra Señora de La Leche oyó los ruegos apremiantes del esposo, y le concedió a ella un parto feliz. Juntos, los esposos propagaron a otras familias la noticia del poder que tenía la Santísima Virgen ante Nuestro Señor. Sabedor de la intercesión de Nuestra Señora Virgen de La Leche, el Rey Felipe III de España edificó personalmente un santuario en honor de la maternidad de ella. Poco después, esta devoción se hizo una de las más famosas por toda España.
Hacia el 1620 los colonos Españoles, como señal de su amor a la Madre lactante de Jesucristo, establecieron el primer santuario dedicado a la Santísima Virgen María en lo que hoy es Estados Unidos. Lo establecieron en el mismo sitio donde se había celebrado la primera misa años antes, es decir, en la Misión Nombre de Dios, en San Agustín, Florida. La capilla rústica y varias otras, edificadas después fueron destruidas por la artillería en los primeros días de la colonia, y después por los huracanes. La actual capilla fue construida en 1915, y en ella está expuesta la réplica de la estatua rústica.
Miles de Madres acuden todos los años al santuario de Nuestra Señora de La Leche en el antiguo San Agustín para pedir la bendición de la maternidad, rogando la intercesión de Nuestra Señora de la Leche, a fin de que Dios les conceda un buen parto, como asimismo hijos contentos y piadosos. Varios miles escriben anualmente al Padre director pidiendo que los recuerden en sus misas y oraciones. Muchos miles de cartas atestiguando el amor de Nuestra Señora a sus hijos devotos y fieles.
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Orando a San Ramón Nonato
Fuente: devocionario.com

http://www.devocionario.com/santos/nonato_1.html
Oración para pedir protección
¡Oh! Glorioso San Ramón, a cuyo poder sometió Dios la tierra y los elementos, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, hallando en vuestra poderosa intercesión, abogado las doncellas, sucesión las casadas, defensa los que se ven calumniados, cosecha los labradores, puerto los náufragos, redención los cautivos, vista los ciegos y fin todos los males; por aquel vuestro ardiente deseo de recibir el Santísimo Sacramento, que obligó a Jesucristo a daros de sus benditas manos la sagrada Comunión, os suplico intercedáis por mí para que merezca frecuentar este celestial convite, y recibirle por Viático al fin de mi vida, y sobre todo que pueda obtener la gracia especial que os pido y la eterna felicidad de la gloria. Amén.
Oración para un feliz parto
Oh excelso patrono, San Ramón, modelo de caridad para con los pobres y necesitados, aquí me tenéis postrado humildemente ante vuestros pies para implorar vuestro auxilio en mis necesidades. Así como era vuestra mayor dicha ayudar a los pobres y necesitados en la tierra, socorredme, os suplico, oh glorioso San Ramón, en esta mi aflicción. A vos, oh glorioso protector acudo para que bendigáis al hijo que llevo en mi seno. Protegedme a mí y al hijo de mis entrañas ahora y durante el parto que se aproxima. Os prometo educarlo según las leyes y mandamientos de Dios. Escuchad mis oraciones, amante protector mío, San Ramón, y hacedme madre feliz de este hijo que espero dar a luz por medio de vuestra poderosa intercesión. Así sea.
Novenario especial para embarazadas
Se hace una vez al mes, empezando desde el mes en que conocen que están embarazadas. El último mes harán el novenario de nueve días.
Oh San Ramón Nonato prodigioso. A Vos vengo movida de la grande benignidad con que tratáis a vuestros devotos. Aceptad, Santo mío, estas oraciones que de muy buena gana te ofrezco, en memoria de tus oraciones tan meritorias, que alcanzaron de Dios el que os haya constituido especial patrón de las embarazadas. Aquí está, Santo mío, una de ellas que se pone humilde debajo de vuestra protección y amparo, suplicándoos que así como se conservó siempre invicta vuestra paciencia en todos aquellos ocho meses en que fuiste tan singularmente martirizado con el candado y otras penas que pasasteis dentro de la tenebrosa mazmorra y en el mes noveno salisteis libre de todas aquellas prisiones, así Santo y abogado mío, os pido humildemente me alcancéis de mi Dios y Señor el que la criatura que está encerrada en mis entrañas se conserve en vida y salud por espacio de los ocho meses, en el noveno salga libre a la luz de este mundo, haciendo Vos, Santo mío, que así como el día que salió vuestra alma de vuestro cuerpo fue un día Domingo, que es día de gozo y regocijo, así el día de mi parto sea de todo contento y gozo, con todas aquellas circunstancias que Vos sabéis que más convienen a mayor gloria de Dios y vuestra y salvación de mi alma y la de mi hijo. Amén.
DÍA PRIMERO
Dios y Señor mío, yo os doy infinitas gracias por todos los favores que hicisteis al glorioso San Ramón No-nacido; por cuyos méritos os suplico humildemente, que así como fuisteis tan liberal con el glorioso santo cardenal, lo seáis en esta ocasión conmigo, concediéndome el despacho de la petición que solicito en esta novena, para más serviros y amaros. Amén.Concluir con la oración final para todos los días.
DÍA SEGUNDO
Dulcísimo Jesús mío, mi Redentor, y Señor, yo os doy inmortales gracias por todas las mercedes que vuestra infinita benignidad concedió al glorioso Padre San Ramón No-nacido. Tantas maravillas obró vuestra Majestad en vuestro siervo San Ramón, que me dan motivo para valerme de su intercesión, para que Vos, Dios mío, por sus ruegos y merecimientos cumpláis esta mi petición, a mayor honra y gloria vuestra; espero en Vos, Jesús de mi alma, que pues a los que se han valido de tan grande Santo habéis socorrido en sus necesidades, me socorráis también las mías. Amén. Concluir con la oración final para todos los días.
DÍA TERCERO
¡Oh, Reina Purísima de la Merced, Madre de los necesitados y afligidos! A Vos vengo como hijo indigno que soy de tan grande Madre, para rendiros mil veces las debidas gracias, de tantos y tan grandes favores con que favorecisteis a vuestro siervo San Ramón No-nacido, de cuya intercesión me valgo en la presente ocasión para obtener el favor que pido en esta Novena. Confío que vos, soberana Reina, así como no le negasteis cosa al glorioso Santo de cuanto os pidió en la tierra, no le negareis ahora vuestra intercesión para con vuestro Santísimo hijo Jesús, a fin de que me conceda la gracia que deseo, para gloria vuestra, de vuestro Unigénito Hijo y bien de mi alma. Amén. Concluir con la oración final para todos los días.
DÍA CUARTO
Dios y Señor mío, yo os ofrezco los méritos de la santa obediencia de vuestro grande siervo el glorioso Cardenal San Ramón No-nacido, y os suplico que por ellos me concedáis una perfecta y total obediencia, con la cual obedezca yo en todo y por todo a vuestras divinas inspiraciones, a los preceptos de la Santa Iglesia, y en particular os ruego que, por los mismos merecimientos me despachéis la petición que por mano del glorioso Santo os ofrezco. Amén. Concluir con la oración final para todos los días.
DÍA QUINTO
Señor y Dios mío, yo indigno hijo vuestro, me postro delante de vuestra presencia, y os presento aquella santa y suma pobreza con que vivió el glorioso San Ramón No-nacido, suplicándoos de todo mi corazón, que por los merecimientos que adquirió vuestro Santo con el ejercicio de tan grande virtud, queráis purificar este mi corazón, comunicándome una verdadera pobreza y desnudez de espíritu, con la cual esté mi alma totalmente despegada de todo lo transitorio, y unida con el amor Divino. Y en particular os ruego, os dignéis favorecerme con la gracia que pido, a mayor honra y gloria vuestra. Amén. Concluir con la oración final para todos los días.
DÍA SEXTO
Dios y Señor mío, pues que os habéis mostrado tan amante de la pureza, queriendo que el eterno Verbo tomase carne de una purísima Virgen desposada, yo os presento, Señor, la angélica pureza de vuestro castísimo siervo San Ramón No-nacido. Y por los méritos que correspondieron a la virginidad de tan gran Santo, os suplico queráis quitar todas las manchas de mi alma, para que así sea digna de unirse con Jesucristo, y quede dispuesta para recibir el favor que pido en esta Novena. Amén. Concluir con la oración final para todos los días.
DÍA SÉPTIMO
Dios y Señor mío, Vos sólo sabéis aquel ardor soberano, con que siempre os estuvo amando, y deseando amaros más y más vuestro gran siervo y amigo San Ramón No-nacido, ansioso siempre de que todos los humanos corazones se abrasasen en divinos amores. Yo, confiado en vuestra misericordia infinita, os suplico humildemente, que por aquel corazón del Serafín San Ramón, os dignéis de abrasar el mío con llamas de vuestro amor y favorecerme con el despacho de la merced que os pido, por los merecimientos de la ardiente caridad de este gran Santo, mi abogado. Amén. Concluir con la oración final para todos los días.
DÍA OCTAVO
Dios y Señor mío, con toda la humildad en mí posible, vengo a pediros un favor, valiéndome de los grandes merecimientos que tuvo San Ramón No-nacido: por el ejercicio heroico de su humildad profunda, alcanzaba de Vos lo que os suplicaba; la misma humildad de vuestro Santo os ofrezco, para que por ella me hagáis de tal manera humilde, que por vuestro amor deje mi propia estimación. Asimismo os ruego os dignáis concederme, para gloria vuestra y salvación mía, la merced que os pido. Amén. Concluir con la oración final para todos los días.
DÍA NOVENO
Eterno y Omnipotente Dios y Señor mío, hoy es el último día de esta mi Novena, y si hasta ahora no he sabido disponerme para alcanzar el favor que deseo, os suplico me deis luz para debidamente disponer mi alma; y para que lo hagas te presento los martirios, trabajos, aflicciones, azotes y demás penas que tuvo el glorioso San Ramón No-nacido. Así, por tan grandes méritos que alcanzó por estas penas, concededme, Señor, un deseo fervoroso de padecer por Vos, y un cumplimiento a mi petición que todos estos nueve días ha pedido y pido, para honra vuestra y de mi glorioso Santo. Amén. Concluir con la oración final para todos los días.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Gloriosísimo San Ramón No-nacido! De todo corazón me gozo de que la majestad soberana de nuestro Dios y Señor os haya hecho tan grande Santo, adornándoos con tantas prerrogativas y mercedes; de todas las cuales doy a la Santísima Trinidad infinitas e inmortales gracias, y a Vos, Santo mío, mil parabienes.
Por esos admirables favores, y por la sangre que vertieron vuestros santos labios con el penoso martirio del candado, os suplico humildemente intercedáis ante la Divina Majestad por el aumento de la Santa Fe católica, la extirpación de las herejías, la quietud y sosiego de los reinos cristianos, la conversión de los infieles, y libertad de los pobres cautivos cristianos. También, Santo mío, os pido seáis mi intercesor, para que así como perseverasteis muchas horas vivo dentro del cuerpo de vuestra madre difunta, así esta mi pobre alma persevere viva en la vida de la gracia, dentro de la cárcel de este corruptible cuerpo, y salga de él a su tiempo en paz, para alabar a Dios en compañía de los Ángeles y Santos, por toda la eternidad; y para que mejor lo pueda conseguir, os suplico me alcancéis el favor que ahora os voy a pedir:
(Hágase aquí la petición)
Así confío lo haréis, amantísimo Padre mío, pues de Vos se dice alcanzáis de Dios todo cuanto vuestros devotos os piden, estando ellos afligidos; pero si acaso ha de ser para mayor gloria de Dios, y bien de mi alma el que se dilate, o no consiga la gracia que deseo, alcanzadme, Santo mío, perfecta resignación en la voluntad de mi Dios y Señor, para que así quede mi alma en paz, mientras el Señor me conserve la vida, y después, por medio de una dichosa muerte llegue a gozar las delicias de la eterna Patria. Amén.
ANTÍFONA. Oh, Bienaventurado Ramón, que con todo su corazón amó a Cristo, y para ejemplo de su caridad no dudó en quedarse cautivo por librar a los cautivos. Oh dichosa vida, que aunque no la quitó la espada de los perseguidores, no por eso perdió el mérito del martirio.
V. Mi corazón y mi carne,
R. Se alegran por el Dios vivo.ORACIÓN. Oh Dios, que hiciste admirable a San Ramón No-nacido, tu confesor, en librar a tus fieles del cautiverio de los impíos: concédenos por su intercesión, que nos libres de las cadenas de los pecados, practiquemos con libre voluntad las cosas que te son agradables. Por Cristo, Nuestro Señor. Amén
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Novena a Nuestra Señora de la Dulce Espera
Oración para quienes desean o esperan un hijo
Fuente: Catholic.net
http://www.es.catholic.net/aprendeaorar/688/2097/articulo.php?id=23410
Para realizar los nueve días
1.Señal de la cruz
En el nombre de Padre, del hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
2.Para arrepentirse de los pecados.
Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
Por tu gran compasión, borra mis faltas !
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
Y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia,
Ni retires de mí tu Santo Espíritu.Nuestra Señora de la Dulce Espera,
Ruega por nosotros y por nuestros hijos3.Seguir la reflexión propia de cada día.
Día Primero
El Señor nos regala la vidaEl ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «Alégrate! Llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras ella quedó desconcertada y se preguntaba que podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No temas María porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús»… Dijo María: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra»(Lc 1, 28-31 y 38)
Reflexión
María pronunció estas palabras por medio de la fe. Y así, a través de María, la Vida vino a nosotros . Ella, plenamente mujer, se confió a Dios sin reservas, se mostró completamente dispuesta a la acción del Espíritu Santo y en esta respuesta se entregó a cooperar con la Gracia de Dios
Oración
Al comenzar este primer día de la novena, te expresamos Madre, nuestro amor. Venimos con confianza a pedirte por nuestras necesidades, haz que te imitemos en tu Sí a Dios.
Comprende nuestro pedido, atiéndelo.A cada intención respondemos :
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por todos los padres y madres que esperan un hijo.
Por la intención con que rezamos esta novena: Ave MaríaDía segundo
El Señor nos invita a ponernos al servicio de la vidaEn aquellos días María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel llena del Espíritu Santo, exclamó : «Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre»! Feliz de ti por haber creído que se cumplirá todo lo que te fue anunciado de parte del Señor. (Lc. 1, 39-45)
Reflexión
Las palabras de Isabel «Feliz de ti por haber creído» se aplican no sólo a aquel momento concreto de la anunciación, sino a toda la vida de María. En su peregrinar hacia Dios, María recorrió un camino de fe a lo largo de toda su vida. Y lo hizo de modo heroico. En su «obediencia de fe» ella se abandonó a Dios y «esperando contra toda esperanza, creyó» cada día, en medio de todas las pruebas y contrariedades.
Oración
María, madre de Jesús y madre nuestra, intercede ante tu Hijo y enséñanos a amar y servir a los demás. Que siguiendo tu ejemplo de disponibilidad, sepamos aceptar la vida como el don gratuito que Dios nos ha dado; y que podamos proteger, nutrir, y acoger a aquel niño que recibamos como hijo. Que podamos recorrer con fe y esperanza los caminos que nos llevan a cumplir la voluntad del Padre.
A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por los que desean recibir la gracia de un hijo.
Por la intencion con que rezamos esta novena.Rezamos
Bendita seas María, Virgen y Madre,
El Señor te llenó de gracia y alegría
En la dulce Espera de Jesús.
Te rogamos por los esposos
Que desean el Don de un hijo,
Ayúdalos en esta esperanza
A apoyarse mutuamente en el camino de la vida.Día Tercero
Dios hace maravillas con nuestra vidaMaría dijo entonces:
Mi alma canta la grandeza del Señor,
Y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador,
Porque El miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
Porque el todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas :
Su nombre es Santo!! (Lc 1, 46-50)Reflexión
Cuando Isabel saludó a la joven pariente que llegaba de Nazaret, María respondió con el Magnificat. Es la alabanza de todo su ser hacia Dios, expresada de forma poética, pero sencilla. Sus palabras están inspiradas en muchos textos sagrados del pueblo de Israel y reflejan el gozo de su espíritu, la felicidad que le provoca ser consciente de que en ella se realiza la promesa hecha «en favor de Abraham y su descendencia por siempre».
Oración
María, madre de Jesús, enséñanos a rezar con fe, con apertura de corazón y sencillez. No sólo por nuestras necesidades sino también por las de todos aquellos que sufren y necesitan de nosotros y de nuestra palabra de esperanza. Que de nuestra boca, como de la tuya, broten palabras de alabanza hacia el Creador y Dador de vida.
Dios Padre Nuestro, rico en amor y misericordia, que este tiempo de espera se transforme en una oportunidad de crecer en nuestra fe y nuestra entrega a los demás. Que podamos encontrar momentos de alegría y felicidad y los compartamos con quienes nos rodean.A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por todos los bebés que crecen y se preparan para nacer
Por la intención con que rezamos esta novena.Padre Nuestro…
Día Cuarto
«…Y llegó el momento de ser madre»Mientras se encontraban en Belén le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. Lc 2, 6 – 7
Reflexión
María da su consentimiento a la elección de Dios, para ser la madre de su Hijo por obra del Espíritu Santo Y toda su existencia está marcada por la certeza de que Dios está a su lado y la acompaña con su providencia benévola.
Nuestra Señora de la Dulce Espera, ayúdanos a ser sencillos y pobres de corazón para alimentarnos de tu amor y crecer en fe y esperanza. Sabiendo que todo lo debemos esperar de tu Hijo, nuestro Salvador.
Ayúdanos que a semejanza tuya vivamos con la certeza, de que Dios está a nuestro lado y nos acompaña con su divina providencia.A cada intención respondemos : Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por el momento del parto y del nacimiento.
Por las intenciones particulares con que rezamos esta novena.Oración a la Virgen de la Dulce Espera
Virgen María, Madre de Dios,
que cobijaste en tu seno al Salvador,
te pedimos que nos protejas en este momento,
en que confiadamente esperamos un hijo, para que podamos aceptarlo con amor;
educarlo de modo que «crezca en sabiduría,
estatura y gracia» ante los ojos de Dios;
y conducirlo con nuestro ejemplo a la casa del Padre.
Amen.Día Quinto
Nuestro hijo, plan de amor de Dios PadreCuando Jesús cumplió doce años, subieron a las fiestas según la costumbre, y cuando estas terminaron se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.Al tercer día lo encontraron, en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas : todos los que oían quedaban desconcertados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo quedaron extrañados, y le dijo su madre : Hijo ¿Por qué te has portado así con nosotros? Mira con que angustia te buscábamos tu padre y yo!! El les contestó: – ¿Por qué me buscaban ? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre? Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Lc 2, 41 y 46 – 50
Reflexión
Durante los años de su vida oculta en Nazaret, Jesús «vivía sujeto a ellos» (Lc. 2,51): sujeto a María pero también sujeto a José, porque este hacía las veces de padre ante los hombres; de ahí que el hijo de María era considerado también por la gente como «el hijo del carpintero» (Mt. 13,55).
Cuando el evangelista nos dice que «Ellos (José y María) no entendieron lo que les decía» pone de relieve que aún su madre vivía en la intimidad con el misterio de Jesús, hijo de Dios, sólo por medio de la fe. «Feliz la que ha creído».Oración
Jesús, concédenos comprender, con la ayuda de tu gracia, aquellas cosas y situaciones que se nos van presentando en la vida.
María, madre de los vivientes, que acogiste la Vida en nombre de todos y para el bien de todos, guíanos en el camino, protege a nuestros hijos y familias. Enséñanos a estar en las cosas del Padre.A cada intención respondemos
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por nuestros hijos.
Por nuestras familias.
Por las intenciones particulares con que rezamos esta novena.Padre nuestro
Día sexto
María, nuestra madre, está atenta a nuestras necesidadesTres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Y Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo : «No tienen vino». Jesús le respondió : Mujer ¿Qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía. Pero su madre dijo a los sirvientes : «Hagan lo que El les diga.» (Jn 2, 1-5)
Reflexión
María manifiesta una maternidad nueva, según el espíritu, cuando va al encuentro de las necesidades del hombre. En Caná de Galilea se muestra solo un aspecto concreto de la indigencia humana, aparentemente pequeño y de poca importancia («no tienen vino»). Pero esto tiene un valor simbólico. María se pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. En su papel de madre, se pone «en medio», se hace mediadora. Ella intercede por los hombres y se pone como portavoz de la voluntad de su Hijo: «Hagan lo que él les diga».
Oración
María, madre del amor hermoso, intercede para que Jesús atienda nuestras necesidades. Enséñanos a hacer todo lo que Él nos dice y a pedir en la oración el conocimiento que todavía nos falta para tener el gusto profundo de las cosas de Dios. Que sepamos ver las necesidades de los que nos rodean y podamos brindarnos generosamente, ayudando a quienes, en este momento fundamental, de sus vidas se encuentran solas y desamparadas.
A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por las madres que están solas.
Por los padres que no tienen trabajo.
Por la intención particular con que rezamos esta Novena.Ave María
Día Séptimo
Tu hijo también tiene una misiónTodavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera trataban de hablar con Él. Alguien le dijo : «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte» Jesús les respondió «¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus discípulos agregó «Estos son mi madre y mis hermanos, porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre». (Mt 12, 46-50)
Reflexión
María es la primera entre «aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen» Y por eso, aquella bendición pronunciada por Jesús se refiere en primer lugar a ella. María se convierte, en cierto sentido, en la primera «discípula» de su Hijo y por medio de su fe descubre otro sentido de su maternidad: una nueva maternidad según el espíritu y no únicamente según la carne.
Oración
Madre nuestra, Señora de la Dulce Espera, nos enseñas que más importante que el vínculo carnal es la relación que nace y se forma por cumplir con lo que Dios nos pide. El amor se construye día a día, así queremos servir al Señor y aceptar su voluntad. Que podamos testimoniar el significado del amor auténtico diciendo cada día que sí. Acuérdate de las familias que han abierto su corazón a la adopción, ayúdalos en la alegría de su generosidad a que puedan gustar los hermosos nombres de padre y madre. Que teniéndote a vos como modelo incomparable de acogida y cuidado de la vida puedan dar gracias cada día, por esa vida que se les entrega.
A cada intención respondemos
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por los que desean adoptar
Por la intención particular con que rezamos esta Novena.Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Día Octavo: Amar a Dios por sobre todas las cosas
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y dijo : «Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron» Jesús le respondió : «Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.» (Lc 11, 27-28)
Reflexión
Esta frase constituía una alabanza para María como madre de Jesús según la carne. A través de aquellas palabras ha pasado rápidamente por la mente de la muchedumbre, al menos por un instante, el evangelio de la infancia de Jesús. Es el evangelio en que María está presente como la madre que concibe a Jesús en su seno, lo da a luz y lo amamanta maternalmente: la madre-nodriza a la que se refiere aquella mujer del pueblo. Gracias a esta maternidad, Jesús es un verdadero hijo del hombre. Jesús con su respuesta quiere quitar la atención de la maternidad entendida sólo como vínculo de carne, para orientarla hacia aquel misterioso vínculo del espíritu, que se forma en la escucha y la observancia de la palabra de Dios.
Oración
María, muchachita de Nazaret, vos que viviste las dimensiones de lo humano y de lo femenino de manera perfecta, intercede por nosotros, para que seamos atentos escuchas de la Palabra de Dios. Aleja de nosotros todo lo que nos impida practicar lo que Jesús nos enseñó. Pon en nuestra boca, tus palabras, tus intenciones y todo lo que pueda abrir nuestro corazón al bien y al amor.
A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por que las mujeres puedan amamantar a sus hijos, dándoles su leche y amor.
Por que todos los padres puedan ayudar a crecer a los hijos.
Por la intencion con que rezamos esta novena.Rezamos:
Oh, María, aurora del mundo nuevo
a Ti confiamos la causa de la vida
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la Vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo
La alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con confianza.Día Noveno
Jesús nos da a María como madreAl ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo : «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». (Jn 19, 25-27)
Reflexión
La maternidad de María, que se convierte en herencia del hombre, es un don: un don que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre. A los pies de la cruz comienza aquella especial entrega del hombre a la madre de Cristo. La entrega es la respuesta al amor de una persona y, en concreto, al amor de la madre. Por eso, a través de los siglos, de entre los diversos pueblos y naciones de la tierra, el hombre se dirige a María, con veneración y confianza, como quien se dirige a su madre, y busca en su fe el sostén para la propia fe.
Oración
María Santísima, Madre de Jesús y Madre nuestra, sabemos que nos acompañas en el camino de la vida intercediendo por nosotros y por nuestras necesidades, danos un corazón fuerte y generoso. Gracias porque cada uno de nosotros somos participes de la vida de Dios.
Te pedimos que nos enseñes a respetar, proteger y defender la vida, especialmente la más débil e inocente.
Inspira y protege especialmente a aquellos hombres y mujeres que condicionados por el medio y las circunstancias que los rodean, no llegan a ver que la vida es siempre un bien. Que ellos sepan que «Ninguna cosa es imposible para Dios» (Lc. 1,30 37) y se entreguen con confianza a su providencia benévola.
Bendícenos y guíanos en este camino para poder florecer en virtud y santidad. Confiamos en tu intercesión y esperamos con fe que Jesús nos conceda lo que pedimos.A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por los bebés no deseados, sus madres y padres.
Por los niños abandonados.
Por los que sufren.
Por las intenciones particulares con que rezamos esta Novena.Oración a la Virgen de la Dulce Espera
Virgen María, Madre de Dios, que cobijaste en tu seno al Salvador,
te pedimos que nos protejas en este momento,
en que confiadamente esperamos un hijo, para que podamos aceptarlo con amor;
educarlo de modo que «crezca en sabiduría, estatura y gracia» ante los ojos de Dios;
y conducirlo con nuestro ejemplo
a la casa del Padre.
Amen.



