¿Familia o trabajo?

Esta encrucijada es cada vez más común, en un mundo donde la figura de la mujer: madre-profesional es pilar decisivo en las empresas y en la sociedad en general.

Muchas mujeres se ven en el dilema de elegir entre quedarse en casa a cuidar a sus hijos o trabajar fuera de casa, buscando siempre que esa decisión sea la mejor para el futuro de su familia.

Es admirable que algunas mujeres desarrollen su trabajo y su vida de madre y esposa de forma simultánea. Este rol denota una gran capacidad de organización y facilidad para delegar responsabilidades. Lo negativo de esta faceta es que algunas mujeres descuidan a su familia, dando prioridad a su trabajo. El ritmo acelerado y exigente del ámbito laboral abona a esta situación, sin faltar quienes buscan mejorar su estatus económico, dejando en segundo plano la calidad y cantidad de tiempo que comparten con su familia.

También es admirable quien decide renunciar a su vida profesional de forma temporal o definitiva para cuidar de su familia.  Aunque esta opción parece cómoda y fácil, este es un trabajo exigente. En una oficina, las labores usualmente terminan luego de 8 horas diarias, 5 días a la semana. Pero el trabajo en casa nunca termina, requiere de dedicación las 24 horas, los 365 días del año, no existen los fines de semana ni las vacaciones. Lo negativo es que muchas mujeres se sienten frustradas al no ejercer su profesión y se sienten subutilizadas como madres y amas de casa, menos preciando este rol.

Actualmente, cada vez más empresas en el mundo están dando a la profesional y madre de familia la opción de trabajar medio tiempo o desde casa, sin descuidar sus responsabilidades laborales; basándose en el principio de que un colaborador satisfecho y feliz es más rentable y eficiente. La facilidad para organizar su propio horario es una ventaja, permitiendo a muchas mujeres trabajar por horas e incluso comenzar su propio negocio.

Lo cierto es que no hay opción buena ni mala. Esto dependerá del porque optamos por una u otra forma de vida. Nuestra principal motivación debe ser el bienestar de nuestra familia y sentirnos tranquilas, satisfechas y plenas realizando con amor y entrega nuestro trabajo, ya sea dentro o fuera de casa.

Recordemos siempre que una mujer plena y realizada es el pilar de una familia que se desarrollará feliz y sana. La formación de los hijos no debe ser un simple  compromiso a cumplir, sino la razón de ser del proyecto de vida llamado Matrimonio.

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