Categoría: Padres e hijos

  • Ya tiene la parejita!

    «Fomentar valores como el esfuerzo, la generosidad, la entrega, la alegría, la paciencia, el compartir. Eso es algo propio de la familia numerosa, por definición». (Palabras de Regina Medrano, madre de 10, en entrevista para El Periódico

    Pensamientos como este hacen que mi esposo y yo deseemos una familia numerosa. Comenzamos a platicar sobre esto desde novios, y ahora, con dos hijos, seguimos añorando esa oportunidad.

    Digo oportunidad porque hay muchos factores que debemos considerar: económicos y de salud, principalmente.

    Pero hoy en día, tener 3 hijos ya es escandaloso para muchos. Me pasa a menudo que me ven y dicen: ¡que bendición, ya tiene la parejita! ¿ahí se van a quedar, verdad? Apuesto que si tuviera dos niñas dijeran: ¿y van a ir por el varón? como si la familia no fuera familia sin el ejemplar masculino, ¡descendencia segura para el apellido!

    Más allá de eso, está es la mirada de asombro cuando contesto: no, queremos tener más hijos. Es que te miran como si fueras una loca irresponsable, como si fueras una ignorante que no sabe de planificación familiar o una idealista que no sabe que los hijos cuestan. Así dicen: ¡los hijos cuestan!

    ¡Y tienen razón! en el sentido que ser padres no es fácil, pero no veo a mis hijos como una carga, al contrario, son mi fuerza y la razón para luchar cada día. 

    Creo que las familias numerosas son tierra fértil para el cultivo de valores como la tolerancia, respeto, solidaridad, generosidad, austeridad, trabajo en equipo; valores que quiero para mis hijos. Y no digo que sea el único lugar o forma en que los niños aprenden todo esto, solo digo que es más propenso, por la misma naturaleza de este tipo de convivencia; algo que personalmente quiero para mi familia.

    Tampoco creo que todos deberíamos tener familia numerosa, sino que cada familia debe crecer y tener el estilo de crianza que sea más acorde a su realidad y a sus preferencias. La cantidad no debería ser lo más relevante, sino que cada hijo se eduque de forma consciente y con amor. 

    Lo que no entiendo es como actualmente muchos promueven que las mujeres tienen derecho a decidir si abortar o no (como si la vida que llevan dentro fuera una cosa o fuera de su propiedad) y ¡las que queremos tener más de uno o dos hijos somos unas inconscientes e irresponsables!! que mundo loco.

    El problema está en la mentalidad que tenemos de todo actualmente, todo es negativo. Antes los hijos eran sinónimo de bendición, de prosperidad; ahora más hijos es igual a más gastos y responsabilidades.

    Muchos creen que traer más hijos al mundo es irresponsable por la sobrepoblación y porque vamos a contaminar más, porque no hay trabajo, entre otras cosas. Pero por qué no verlo desde la perspectiva positiva: en lugar de decir un contaminador más, pensemos en que será una persona más promoviendo el cuido del medio ambiente; en vez de un desempleado más, digamos: ahí está ese que generará empleo. No limitemos el impacto positivo que una familia y una vida pueden generar en este mundo. 

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  • Cómo preparar a nuestros hijos para el preescolar

    Hace poco meditaba sobre cuán rápido crecen los hijos y que pronto, espero el próximo año, Daniela entrará al Preescolar. Esto me causó mucha emoción, pero a la vez me preocupé pensando cómo será su reacción: ¿llorará pidiendo que no me vaya o se irá feliz a jugar con sus nuevos compañeritos? Conociéndola será la segunda opción, pero igual me quedé pensando qué puedo hacer para que el inicio de esa nueva etapa sea más fácil, no solo a nivel académico, sino a nivel emocional.

    A veces me da la impresión que los padres nos preocupamos o ponemos más énfasis en lo académico o intelectual que todo esto implica, y no nos enfocamos tanto en cómo se siente el niño o cómo percibe el cambio. Creo que lo principal es infundir en el niño seguridad, pero ¿cómo hacerlo?

    Para despejar dudas, entrevistamos a una educadora, gran profesional, madre y amiga, y que además dirige el Kinder Horizontes, Claudia de Martínez. Les comparto sus aportes, para que tomemos en cuenta algunos elementos claves a la hora de preparar a nuestros hijos para la vida escolar.

    1. ¿Cuál es la edad más apropiada para ingresar al Kinder o Preescolar? ¿Por qué? La edad mas adecuada es a partir de los 2 años, así se puede aprovechar al máximo la plasticidad Neural que es propia de los 0 a los 6 años y los periodos sensitivos. Ayuda a los niños a la socialización y desarrollo adecuado del lenguaje.

    2. ¿Cuáles son los aspectos básicos que debe dominar un niño al ingresar al Kinder o Preescolar? Prácticamente caminar con seguridad. Lo demás se va desarrollando de acuerdo a la edad y las etapas de desarrollo.

    3. Cómo padres, ¿cómo podemos ayudarles a prepararse? Se les recomienda que visiten varias veces el lugar con su hijo y le permitan desplazarse por todos lados en compañía de sus papas, que utilice las áreas de juego. Se sugiere le compren su uniforme con anticipación, lo utilice en casa, así como también todo lo que el llevara al kinder debe de ser conocido y querido por el niño: lonchera, zapatos, mochila, termo, recipiente para su comida, individual, etc. Esto le da seguridad, es un «pedacito de casa en el kinder»

    4. ¿Qué debe hacer un papá cuando su hijo llora al tener que quedarse en el Kinder? Lo mas importante es que los papás estén seguros, tranquilos y confiados de la decisión que han tomado, ya que esa seguridad y tranquilidad se la transmiten a sus hijos, camino al kinder platicar sobre lo que harán los niños y lo que harán los papás y luego se reunirán para ir juntos a casa. Es necesario que ellos comprendan que no serán abandonados, que los recogerán mas tarde, ya que ese en un fuerte temor que el niño tiene. Ser firmes, dejarlos con serenidad y luego llamar al kinder para asegurarse que están bien.

    5. ¿Cuáles son las características y ventajas del sistema Optimist? Es un programa Integral que busca la  formación y Educación de todos los aspectos que conforman al ser humano: físico, moral, espiritual, religioso e intelectual. Es un programa de Educación personalizada. Se ve a cada niño como un ser único e irrepetible que ha de potenciar al máximo cada una de sus características individuales, respeta ante todo los estilos y ritmos de aprendizaje. Está basado en una estimulación multisensorial y utiliza como basa las inteligencias múltiples.

    El principal objetivo es lograr que nuestros alumnos se sientan seguros, capaces y amados, es decir que se basa en la inteligencia Emocional. Es un programa de estimación Neuronal que aprovecha a través de una serie de metodologías, la plasticidad neuronal que es propia de los 0 a los 6 años. Entre las metodologías que se trabaja tenemos: Bits de inteligencia, Audiciones Musicales, Circuito Neuromotor, Paseos de aprendizaje, Trabajo en rincones de aprendizaje, Grafomotricidad, etc. Es un programa de Educación temprana, ya que educar tempranamente supone educar para el futuro, es llegar antes. Es educar para la vida.

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  • Las princesas, ¿en peligro de extinción?

    Hace unos meses me recomendaron un artículo de The Huffington Post, titulado «How to Talk to Little Girls» (Como hablarle a las niñas), escrito por Lisa Bloom.

    En él, la autora menciona cómo muchas veces, al ver a las niñas pequeñas, con su belleza natural e inocencia, nuestro primer impulso es decirles lo lindas que se ven y resaltar su ropa y atributos físicos como el cabello, ojos o sonrisa.

    Ella sostiene que, al dirigirnos a ellas de esa forma, los adultos les enseñamos (inconcientemente claro) que su apariencia física es lo primero que notamos y que es lo más importante.

    Partiendo de esta premisa, y retomando algunas estadísticas alarmantes sobre los desordenes alimenticios y otros comportamientos destructivos, recomienda no alagar a las niñas de esa forma. Según Lisa, debemos destacar primero aspectos como sus gustos, sus lecturas favoritas, llevando la conversación al lado intelectual, lejos de los estereotipos de las niñas vestidas de rosado, preocupadas siempre por verse impecables y jugando a las princesas.

    Todo esto me puso a pensar en cómo me dirijo a mi hija Daniela y qué aspectos resalto más en ella. Si bien es cierto Lisa Bloom hacer un análisis muy acertado de toda la cultura del cuerpo que invade a nuestras niñas y mujeres de todas las edades; creo que asegurar que todas las mujeres que no hablan de maquillaje y que gustan de los libros son inteligentes es también caer en estereotipos. Y eso de poner viñetas a mi no me gusta.

    Creo que el reto para quienes tenemos hijas es enseñarles a ser mujeres integrales y que la belleza externa debe ser reflejo de una belleza interna. Las niñas deben saberse bellas, sino, tendremos un montón de mujeres inseguras de si mismas al verse al espejo en el futuro o peor, se dejarán invadir por el concepto de belleza artificial e irreal que ronda algunos medios y entornos.

    Debemos enseñarles el concepto de belleza en casa. Enseñarles que ser princesas no es malo, sino que el punto está en qué es ser princesa realmente, en el sentido más profundo de la palabra. Que valen por lo que son y por lo que pueden llegar a lograr, por el impacto positivo que pueden y deben tener en los demás.

    Que ser princesa no es verse impecable, con ropa bonita ni agradarle a todo el mundo, o que su vida será color de rosa, según su arreglo personal. Ser princesas es tratar con respeto a los demás, mostrar carácter ante las dificultades, educarse, superarse, tener una meta en la vida y luchar por ella, ser perseverantes y aprender de los errores.

    Si bien es cierto la imagen es importante y el arreglo e higiene personal también, no debe ser un fin en la vida, sino una herramienta para socializar y comunicar lo que somos por dentro.

    Esto me invita a decirle todos los días a mi hija que es hermosa, que es una princesa y que en un futuro esa belleza que tiene por fuera deberá ser coherente con la belleza que lleva en su alma. Enseñarle desde hoy que es tan bella como inteligente y que la belleza con que la ven o la verán no radica en lo exterior, sino que debe ser reflejo de su esencia.

  • 12 Consejos de una madre para la vida

    Ser padres no solo es una bendición, sino también un compromiso, y para toda la vida. Sea que nuestros hijos tengan 3 ó 30 años, siempre serán nuestros pequeños. Y en este campo, como en todos, la experiencia vale oro.

    Es por eso que quiero comentar con ustedes estos consejos sabios que compartió conmigo una buena amiga y colega: Zoraya Urbina, gran mujer, profesional y madre.

    Con 3 hijos jóvenes: Olga de 23; Rigo de 20 y Ricardo de 15 años; Zoraya guarda en su corazón muchas anécdotas y experiencias que hoy son enseñanzas valiosas, para todos los que comenzamos el recorrido de la vida con nuestros hijos. Espero a ustedes les sirvan y les inspiren tanto como a mi.

    He aquí sus palabras, gracias Zoraya por abrir tu corazón con nosotros:

    1. ESCUCHA A TUS HIJOS: cuando los niños o niñas empiezan a hablar, solemos decir cosas como: «sí, mi amor», pero en realidad no estamos prestándoles atención. Interesémonos por lo que dicen, prestemos verdadera atención a lo que nos comunican. Tomemos algo de nuestro tiempo para oír lo que tienen que decir. Sucede que no siempre serán niños y si no les enseñamos a comunicarnos, no esperemos que cuando crezcan, quieran hablar con nosotros. 
    2. CANTA Y JUEGA CON ELLOS: vuélvete niño con tus hijos o hijas. Ellos no olvidarán después ese tiempo mágico.
    3. LEELES: en consonancia con el numeral anterior; léele, inventa historias. Cuéntale de cuando tú eras niño o niña, a ellos les encanta saber que sus padres fueron niños alguna vez.
    4. SE CARIÑOSO: abrázalo y bésalo, mucho, mucho; nunca es demasiado. Dile que lo amas, que es hermoso, que es un regalo de Dios. Cuando nació mi hijo menor, su padre inventó una historia en la que era un ángel que Dios había mandado, tenía canción tema y tal.
    5. NUNCA lo critiques, ni te burles de él, ni los compares con nadie.
    6. ENSENALE a participar en los quehaceres del hogar, cuando son mayores es difícil crear hábitos.
    7. ORA CON ELLOS: agradece a Dios por la vida, por la comida, por la familia. Un niño o niña que conoce a Dios, que lo ama, seguro tendrá buenos valores. Cuando Ricardo tenía unos 2 añitos, tenía temor a los truenos. Yo le decía: no tengas miedo bebé, es Papito Dios que te está gritando: Ricky te amo.
    8. APROVECHA CADA MINUTO CON ELLOS: digo esto porque lo hice (no todo) y me funcionó, valió la pena; pero también lamento lo que dejé de hacer y a veces desearía que fueran niños otra vez y ver la vida como la veo ahora.
    9. NUNCA discutas con tu esposo delante de tus hijos,  jamás.
    10. NUNCA hables mal de tu esposo frente a ellos, es su padre.
    11. NO ES BUENO DARLES TODO: es importante que aprendan la solidaridad, compartir con el que no tiene, hablarle de que son afortunados porque tienen una familia, una comida, casa. Si ayudas a otros, es bueno que te acompañen, que aprendan a dar.
    12. NO ESCONDAS LA REALIDAD: no esconder que hay dolor, que hay muerte, que hay sufrimiento, claro, dentro de su lenguaje.

     Imágenes tomadas de la Web

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  • Mis mejores aliados a la hora de comer

    La primera comida de Daniela

    Desde que Daniela comenzó a comer sólidos, cuando tenía 6 meses de edad, mostró un buen apetito. Pero cerca de cumplir su primer año se volvió variable.

    Como cualquier mamá me preocupaban esos altos y bajos. Algunos días comía los tres tiempos principales y dos meriendas (aunque fuera poco cada vez), pero otros días estaba sin querer comer o solo tomando leche.

    Con el tiempo le consulté al Pediatra. El me tranquilizó diciéndome que cada niño tiene su patrón de comidas y que no debemos tratar de obligarlos. Aprendí que mientras ella aumentara de peso y talla en su control mensual, todo estaría bien. Pero eso sí, debía estar alerta y preocuparme de la calidad de sus alimentos y no tanto de la cantidad.

    Aunque todos los niños pasan por períodos de bajo apetito, debemos tratar de ofrecerles variedad y nutrición. Estas etapas suelen variar en cada niño. En el caso de Daniela, la primera fue cerca del primer año de edad y ahora, cerca de cumplir los 2 años, estamos en otro quiebre.

    Lo que a mí me ha funcionado es ofrecerle alimentos que le gustan, que tienen altos niveles de nutrientes y que le dan la energía que necesita. Otro recurso ha sido llevarla a la cocina para que ella elija lo que desea comer o que ayude a mezclar los ingredientes. Eso hace que se siente involucrada y que la comida le llegue por los ojos principalmente cuando colocamos la comida de forma creativa, como formando figuras.

    Acá les comparto cuales son los alimentos que a mí me han ayudado.

    FRIJOLES

    Además de ser una gran fuente de minerales, hierro y potasio, nos pueden ayudar a motivar su independencia. Al tomar los frijoles uno por uno con las manos también ejercitan la motricidad fina. Esta característica la tiene también el cereal en aros o bolitas.

    QUESO

    Aporta calcio y proteínas tanto como un trozo de carne. Ofrece una gran variedad de tipos y mil formas de prepararlo y combinarlo con otros alimentos.

    YOGURT

    Gran fuente de calcio y proteínas. Ayuda a la digestión y se puede mezclar con frutas.

    VEGETALES VARIADOS

    Daniela prefiere el brócoli (le llamamos arbolitos) y las arvejas chinas, por su textura crocante al cocerlas al dente. La zanahoria cruda puede comerse como complemento o como merienda. La clave también radica en asociar la comida con algo divertido.

    En cuanto a la fruta no tengo mucho problema, ya que Daniela es admiradora de Lazy Town y en la serie el personaje principal siempre hace referencia a las frutas (Dulces sanos) como sus fuentes de energía y poder. Así que cada vez que quiero que coma solo basta con que le recuerde que Sportacus come manzanas para ser fuerte y se la come sin dudar.

    Otra estrategia que usamos en casa es la distracción, ya sea con juguetes, libros o hasta la computadora. Lo malo de esto es que se acostumbran a hacer cosas en la mesa que no tienen que ver con la comida.

    Es mejor enseñarles a comer que hacer que coman a la fuerza. Lo ideal es que coman varias veces al día en cantidades moderadas y no tres veces comidas fuertes. Esto no solo mejora la digestión y el metabolismo, sino que es más realista, partiendo de que los niños no pueden mantener su atención en algo mucho tiempo y su estomago es pequeño.

    También es importante acostumbrarlos a comer en su silla o en un lugar adecuado, a horarios determinados y en familia. Esto a la larga crea buenos hábitos. Respetar los lugares hará que no sea necesario andar tras de ellos con la comida.

    En un futuro ellos nos lo agradecerán, ya que las buenas costumbres en la mesa que forjemos hoy, determinarán su forma de comer cuando sean jóvenes adultos. Recordemos que muchos desordenes alimenticios y la obesidad se derivan de comer de forma desordenada, alimentos que no son nutritivos.

    Las mamis primerizas además cometemos el error de comparar a nuestros hijos con otros niños o con los hijos de nuestros amigos. En algún momento esto me generó preocupación, al ver que otros niños comían y Daniela no como yo quisiera. Al final entendí que el único referente de comparación es ella misma y que su desarrollo será a su propio ritmo.

    Tomando en cuenta estas diferencias que hacen único a cada niño, les recomiendo los siguientes artículos relacionados:

    Niños difíciles para comer: Estrategias y recetas para ganarles la partida

    Guía para alimentar a tu hijo de los 12 a los 36 meses

    Como evitar el sobrepreso infantil

    Imágenes de alimentos tomadas de la Web

  • Dar el ejemplo

    Los padres tenemos un gran compromiso con nuestros hijos y con el futuro de nuestra sociedad. No solo debemos proveer lo necesario a los seres que Dios nos ha confiado, sino formarlos como hombres y mujeres que marquen una diferencia, que tengan y promuevan valores positivos. Para esto, el primer paso, y el mas difícil es dar el ejemplo.

  • La Cultura Rápida en la familia

    La cultura rápida surge en medio de un mundo globalizado, donde la rapidez se toma como sinónimo de eficiencia y de buen uso del tiempo, aunque en la realidad esto no es del todo cierto.

    Esta cultura ha invadido varios ámbitos de nuestra vida: la comida rápida nos permite comer sin esperar muchos minutos, compramos nuestra comida y hasta el cafecito de la tarde sin bajarnos del automóvil, podemos estar comunicados de múltiples formas desde nuestro teléfono móvil, hacemos nuestras transacciones bancarias desde nuestra casa, ya sea por teléfono o por medio de la Web; solo por mencionar algunas implicaciones prácticas.

    Aunque la comodidad y la inmediatez al realizar algunas actividades diarias, y el acceso a herramientas tecnológicas podrían catalogarse como beneficios, existen otras facetas en donde la cultura rápida ha intervenido, pero afectando negativamente.

    Nuestra forma de pensar se ha vuelto más práctica y hasta insensible ante las realidades sociales, asumimos que el escalar profesionalmente y el adquirir bienes materiales en corto tiempo es de personas exitosas, tomamos el ajetreo y el desorden como sinónimo de trabajo duro, y que quien se muestra “relajado” no trabaja o es perezoso.

    Al ser absorbidos por las actividades cotidianas, el tráfico, las múltiples ocupaciones profesionales y sociales, caemos en el peligro de ser peones de la cultura rápida y llevar esta forma de vida a nuestro hogar. Ya no tenemos tiempo para comer en familia, nos comunicamos por medio del celular, correo electrónico o redes sociales (aun estando en la misma casa).

    Aun peor, creemos no tener tiempo para hablar con Dios, tanto a nivel personal como en familia. Poco a poco se nos va la vida y nos olvidamos de vivirla realmente.

    A largo plazo, este ritmo afecta la forma en que educamos a nuestros hijos. Llegamos tan cansados a nuestra casa que nos olvidamos de compartir con ellos. ¿Cómo vamos a inculcar principios y valores en ellos si no nos detenemos a conversar, y a analizar lo que piensan, sienten y viven?

    Un día despertaremos con un poco de tiempo libre y querremos hablar. Será tarde, ellos abran crecido y tendrán sus propios afanes y carreras.

    Imágenes tomadas de la Web

    Video relacionado: La familia y las nuevas tecnologías

  • La Familia Light

    Enrique Rojas, psiquiatra, catedrático y escritor, define al hombre light como un “ser hedonista y materialista cuya única meta en la vida consiste en alcanzar el éxito; un ser al que sólo le interesa el dinero y el consumo. En definitiva, un hombre infeliz e inseguro, vulnerable e indiferente por saturación, que ha hecho de la permisividad su nuevo código ético”.

    Pero este personaje no brota de la nada, tiene su origen en un lugar donde se fomentan estos antivalores, la familia light. Lo light no radica solo en cómo vivimos, sino en cómo educamos, y esto es lo que realmente nos debe preocupar.

    Lo Light no es más que la deshumanización de nuestra sociedad, y la promoción del egoísmo, la indiferencia y el relativismo, desde sus cimientos. He aquí algunas de las manifestaciones típicas de la Familia Light*:

    • La familia light suele ser pequeña.
    • Gira en torno a la tecnología: la refrigeradora, la televisión, el reproductor de música, la computadora (con internet claro) y el teléfono celular. El efecto común que causan estos implementos es el aislamiento de cada uno de los miembros de la familia.
    • Los miembros de este tipo de familia nunca rezan juntos. La relación que cada uno tiene con Dios es inexistente o muy personal, en resumen, este tema no se discute.
    • Se habla mucho de sexo: el pudor está superado por completo, y todos tienen una exhaustiva información sobre el tema. Abundan los chistes de doble sentido, incluso, se manifiesta el morbo entre los mismos miembros de la familia. En cambio jamás se habla en serio de amor, de fecundidad, de fidelidad, de entrega.
    • Existe una escasa biblioteca y casi una computadora por cada miembro de la familia.
    • En la familia light todo es trivial salvo lo trivial. Todo es opinable y nada es absoluto. Nadie tiene convicciones ni creencias, sino opiniones, en especial a la hora de discutir los castigos y las normas de la casa.
    • También estas familias tienen sus tragedias, sus amarguras y disgustos. He aquí cuatro significativos ejemplos:

    1. El «fracaso escolar» del niño. La culpa, por supuesto, es siempre del colegio, que se complace en producir traumas, probablemente irreversibles, en la autovaloración del niño.

    2. La niña ha engordado y no tiene nada que ponerse para la fiesta de cumpleaños de su amiga.

    3. A Pedrito se le ha ocurrido decir que quiere ser misionero en Uganda. Hay que tener presente que, en una familia light, la entrega a Dios se considera como tragedia, tolerable solo en las familias de los demás.

    4. Al auto de papá le han hecho un rasguño y no se habla de otra cosa en tres días.

    Además de los aspectos antes detallados, que se gestan al interior de la familia light, esta es abonada por agentes externos que atacan directamente la naturaleza educadora y santificadora de la familia, y que se disfrazan de cotidianidad y modernidad. He aquí algunos ejemplos:

    • La mujer es libre de decidir sobre su cuerpo, el aborto es una opción
    • Estás a la moda? eres sensual? Aprende enviando xxx y recibirás mensajes a tu celular…
    • La libertad es hacer lo que me da la gana
    • El dinero y la popularidad lo es todo
    • Prefieres pasar la navidad con tu familia? Que aburrido eres!

    Pero, ¿qué hacer ante esta plaga silenciosa que carcome nuestra sociedad?

    Tomar en cuenta que lo Light es un parásito que se encuentra creciendo dentro de nuestras familia y que solo puede ser erradicado con un cambio de raíz, generado por los padres hacia los hijos.

    Pero, ¿cómo podemos esperar que la familia no sea light si el hombre y la mujer que la encabezan llevan una vida light?

    La matemática es simple: hombre light + mujer light = matrimonio light (que luego se convierte en familia light cuando llegan los hijos, quienes luego serán hombres y mujeres light). No dejemos que este círculo vicioso siga.  Los padres no solo deben ser proveedores, sino educadores; no solo corregir, sino amar y guiar.

    El ejemplo, el buen testimonio y la coherencia de vida de los padres serán la mejor herramienta para formar los valores que fortalecen desde dentro y para contrarrestar los antivalores que atacan desde afuera. Recordemos que ninguna familia puede con la tempestad si no tiene un timonel y una ruta definida. ¿Y quien mejor que Dios para guiar nuestro barco?

    * Texto en cursivas adaptado del artículo escrito por Enrique Monasterio, http://www.aciprensa.com/Familia/familialight.htm

  • De abuelos y nietos (primera parte)

    Hay quienes dicen que se es hijo hasta que se es padre, y yo comparto este pensamiento. Cuando se tiene la bendición de tener un hijo, se abre una ventana nueva y se tiene una perspectiva totalmente diferente de esos a quienes antes llamábamos padres y que ahora llamamos abuelos.

    Este cambio se refleja en todos los sentidos, en lo personal y en lo familiar. Se incrementa la interacción con ellos y el tiempo y la calidad de tiempo que se comparte, más cuando el nieto o nieta en cuestión es el primero en la familia. Dejan de ser solo padres y se vuelven más evidentes otras facetas como las de maestros, enfermeras y consejeros.

    Pero más allá del compartir que, con la llegada del bebé se vuelve literalmente cotidiano, el cambio más profundo radica en cómo ves a tus padres, lo que eran para ti antes de este gran suceso y lo que llegan a ser, luego del nacimiento de tu hijo.

    Su imagen se vuelve más profunda, espesa, con sustancia. Ese amor que sabías que existía entre tú y tus padres se ha materializado. Se puede tocar y late, o mejor dicho, arde en tu corazón como nunca antes.

    Ya no asumes cuánto te aman tus padres, cuánto amor existe en ese “te quiero” o “te amo” que te dicen y te han repetido desde que tienes memoria, nunca esas dos palabras habían tenido tanto sentido en tu corazón. Ese mismo amor es el que tú sientes por tu hijo, ahora sabes realmente qué es amar de esa manera y todo lo que implica.

    Esta revelación explica muchas cosas: los regaños sin razón aparente, los silencios incómodos en la mesa o en el auto, los desvelos y levantadas temprano (y nosotros como hijos sin saberlo).  Ese sacrificio de toda una vida se vuelve tan claro y tan actual que da miedo.

    Ese “no te metas en mi vida” que algún día dirá ese hijo que ahora tenemos en nuestros brazos, no solo te llevará a pensar “algún día lo entenderás”, sino a meditar en silencio cuántas veces tal vez lo dijimos a nuestros propios padres, sin entender. En ese momento ir hacia ellos y decir un “lo siento”, significará más que hace 10 años.

    Por eso y por lo que me falta por vivir como madre… gracias a mis abuelos por sus cuidados y su cariño, y gracias a mis padres porque ahora los amo y admiro más que antes…todo lo que pueda decir me parece pequeño…gracias Daniela.