La Familia Light

Enrique Rojas, psiquiatra, catedrático y escritor, define al hombre light como un “ser hedonista y materialista cuya única meta en la vida consiste en alcanzar el éxito; un ser al que sólo le interesa el dinero y el consumo. En definitiva, un hombre infeliz e inseguro, vulnerable e indiferente por saturación, que ha hecho de la permisividad su nuevo código ético”.

Pero este personaje no brota de la nada, tiene su origen en un lugar donde se fomentan estos antivalores, la familia light. Lo light no radica solo en cómo vivimos, sino en cómo educamos, y esto es lo que realmente nos debe preocupar.

Lo Light no es más que la deshumanización de nuestra sociedad, y la promoción del egoísmo, la indiferencia y el relativismo, desde sus cimientos. He aquí algunas de las manifestaciones típicas de la Familia Light*:

  • La familia light suele ser pequeña.
  • Gira en torno a la tecnología: la refrigeradora, la televisión, el reproductor de música, la computadora (con internet claro) y el teléfono celular. El efecto común que causan estos implementos es el aislamiento de cada uno de los miembros de la familia.
  • Los miembros de este tipo de familia nunca rezan juntos. La relación que cada uno tiene con Dios es inexistente o muy personal, en resumen, este tema no se discute.
  • Se habla mucho de sexo: el pudor está superado por completo, y todos tienen una exhaustiva información sobre el tema. Abundan los chistes de doble sentido, incluso, se manifiesta el morbo entre los mismos miembros de la familia. En cambio jamás se habla en serio de amor, de fecundidad, de fidelidad, de entrega.
  • Existe una escasa biblioteca y casi una computadora por cada miembro de la familia.
  • En la familia light todo es trivial salvo lo trivial. Todo es opinable y nada es absoluto. Nadie tiene convicciones ni creencias, sino opiniones, en especial a la hora de discutir los castigos y las normas de la casa.
  • También estas familias tienen sus tragedias, sus amarguras y disgustos. He aquí cuatro significativos ejemplos:

1. El «fracaso escolar» del niño. La culpa, por supuesto, es siempre del colegio, que se complace en producir traumas, probablemente irreversibles, en la autovaloración del niño.

2. La niña ha engordado y no tiene nada que ponerse para la fiesta de cumpleaños de su amiga.

3. A Pedrito se le ha ocurrido decir que quiere ser misionero en Uganda. Hay que tener presente que, en una familia light, la entrega a Dios se considera como tragedia, tolerable solo en las familias de los demás.

4. Al auto de papá le han hecho un rasguño y no se habla de otra cosa en tres días.

Además de los aspectos antes detallados, que se gestan al interior de la familia light, esta es abonada por agentes externos que atacan directamente la naturaleza educadora y santificadora de la familia, y que se disfrazan de cotidianidad y modernidad. He aquí algunos ejemplos:

  • La mujer es libre de decidir sobre su cuerpo, el aborto es una opción
  • Estás a la moda? eres sensual? Aprende enviando xxx y recibirás mensajes a tu celular…
  • La libertad es hacer lo que me da la gana
  • El dinero y la popularidad lo es todo
  • Prefieres pasar la navidad con tu familia? Que aburrido eres!

Pero, ¿qué hacer ante esta plaga silenciosa que carcome nuestra sociedad?

Tomar en cuenta que lo Light es un parásito que se encuentra creciendo dentro de nuestras familia y que solo puede ser erradicado con un cambio de raíz, generado por los padres hacia los hijos.

Pero, ¿cómo podemos esperar que la familia no sea light si el hombre y la mujer que la encabezan llevan una vida light?

La matemática es simple: hombre light + mujer light = matrimonio light (que luego se convierte en familia light cuando llegan los hijos, quienes luego serán hombres y mujeres light). No dejemos que este círculo vicioso siga.  Los padres no solo deben ser proveedores, sino educadores; no solo corregir, sino amar y guiar.

El ejemplo, el buen testimonio y la coherencia de vida de los padres serán la mejor herramienta para formar los valores que fortalecen desde dentro y para contrarrestar los antivalores que atacan desde afuera. Recordemos que ninguna familia puede con la tempestad si no tiene un timonel y una ruta definida. ¿Y quien mejor que Dios para guiar nuestro barco?

* Texto en cursivas adaptado del artículo escrito por Enrique Monasterio, http://www.aciprensa.com/Familia/familialight.htm

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