Etiqueta: Padres e hijos

  • 12 Consejos de una madre para la vida

    Ser padres no solo es una bendición, sino también un compromiso, y para toda la vida. Sea que nuestros hijos tengan 3 ó 30 años, siempre serán nuestros pequeños. Y en este campo, como en todos, la experiencia vale oro.

    Es por eso que quiero comentar con ustedes estos consejos sabios que compartió conmigo una buena amiga y colega: Zoraya Urbina, gran mujer, profesional y madre.

    Con 3 hijos jóvenes: Olga de 23; Rigo de 20 y Ricardo de 15 años; Zoraya guarda en su corazón muchas anécdotas y experiencias que hoy son enseñanzas valiosas, para todos los que comenzamos el recorrido de la vida con nuestros hijos. Espero a ustedes les sirvan y les inspiren tanto como a mi.

    He aquí sus palabras, gracias Zoraya por abrir tu corazón con nosotros:

    1. ESCUCHA A TUS HIJOS: cuando los niños o niñas empiezan a hablar, solemos decir cosas como: «sí, mi amor», pero en realidad no estamos prestándoles atención. Interesémonos por lo que dicen, prestemos verdadera atención a lo que nos comunican. Tomemos algo de nuestro tiempo para oír lo que tienen que decir. Sucede que no siempre serán niños y si no les enseñamos a comunicarnos, no esperemos que cuando crezcan, quieran hablar con nosotros. 
    2. CANTA Y JUEGA CON ELLOS: vuélvete niño con tus hijos o hijas. Ellos no olvidarán después ese tiempo mágico.
    3. LEELES: en consonancia con el numeral anterior; léele, inventa historias. Cuéntale de cuando tú eras niño o niña, a ellos les encanta saber que sus padres fueron niños alguna vez.
    4. SE CARIÑOSO: abrázalo y bésalo, mucho, mucho; nunca es demasiado. Dile que lo amas, que es hermoso, que es un regalo de Dios. Cuando nació mi hijo menor, su padre inventó una historia en la que era un ángel que Dios había mandado, tenía canción tema y tal.
    5. NUNCA lo critiques, ni te burles de él, ni los compares con nadie.
    6. ENSENALE a participar en los quehaceres del hogar, cuando son mayores es difícil crear hábitos.
    7. ORA CON ELLOS: agradece a Dios por la vida, por la comida, por la familia. Un niño o niña que conoce a Dios, que lo ama, seguro tendrá buenos valores. Cuando Ricardo tenía unos 2 añitos, tenía temor a los truenos. Yo le decía: no tengas miedo bebé, es Papito Dios que te está gritando: Ricky te amo.
    8. APROVECHA CADA MINUTO CON ELLOS: digo esto porque lo hice (no todo) y me funcionó, valió la pena; pero también lamento lo que dejé de hacer y a veces desearía que fueran niños otra vez y ver la vida como la veo ahora.
    9. NUNCA discutas con tu esposo delante de tus hijos,  jamás.
    10. NUNCA hables mal de tu esposo frente a ellos, es su padre.
    11. NO ES BUENO DARLES TODO: es importante que aprendan la solidaridad, compartir con el que no tiene, hablarle de que son afortunados porque tienen una familia, una comida, casa. Si ayudas a otros, es bueno que te acompañen, que aprendan a dar.
    12. NO ESCONDAS LA REALIDAD: no esconder que hay dolor, que hay muerte, que hay sufrimiento, claro, dentro de su lenguaje.

     Imágenes tomadas de la Web

    Artículos relacionados:

    Madres primerizas de la A a la Z

  • Dar el ejemplo

    Los padres tenemos un gran compromiso con nuestros hijos y con el futuro de nuestra sociedad. No solo debemos proveer lo necesario a los seres que Dios nos ha confiado, sino formarlos como hombres y mujeres que marquen una diferencia, que tengan y promuevan valores positivos. Para esto, el primer paso, y el mas difícil es dar el ejemplo.

  • El mito de la super mamá

    En la época actual, las mujeres debemos combinar múltiples ocupaciones, el cuidado de la casa, los hijos, el trabajo profesional y una vida social activa.

    A raíz de esta realidad, ha surgido el concepto de la Super Mamá. Esa mujer que vuela sobre el tráfico para llevar temprano a sus hijos al colegio, tiene todas las respuestas, es la mejor doctora y cocinera. Va de compras, arregla la casa y ejerce su profesión, sin despeinarse. Nunca se queja, tiene una voz amorosa y alegre siempre…lo puede todo, lo hace todo y lo sabe todo.

    Pero la realidad es un tanto diferente. No digo que no existan mujeres así o que la Super mamá sea un mito, al contrario, estoy segura que si existe (yo vivía con una, solo que ahora mis hijos le dicen Yaya); tan solo creo que esta un tanto lejos de ese ideal de perfección.

    Cuando alguien nos dice «Es usted una Super mamá», muchas veces nos llenamos de orgullo, pero también nos sentimos presionadas a hacer todo bien y no cometer errores en la crianza de nuestros hijos.

    Para mi la Super mamá es aquella que se sabe imperfecta y se ama así, sabe que los errores son sinónimo de experiencia y de aprendizaje, y que equivocarse no implica amar menos a nuestros hijos. Quien da su mejor esfuerzo en todo lo que hace, siempre se ve hermosa ante el espejo y ama a sus hijos con locura.

    Mas allá de esto, creo que, detrás de una que llamen Super mamá, hay un Super papá o una Super abuela o Super hermana o amiga, ese compañero de aventuras (bien sea un Robin o Sancho Panza) que nos da la mano y nos acompaña siempre. Porque ser una Super mamá implica también saber organizarse, delegar, conoce sus límites y comparte responabilidades, ya que el pedir y recibir ayuda no es sinónimo de debilidad, sino de tener un corazón humilde y lleno de amor para los demás.

    En mi caso, doy gracias a Dios por tener a un Super papá a mi lado. Ese hombre que se desvela con la enfermedad de sus hijos, que no teme dar un beso y expresar su cariño en público, que hace pan cakes con formas divertidas, cambia pañales y lava biberones. Es aquel que trata de tararear las canciones que le gustan a su hija, aunque no se sepa la letra, quien cuenta el mismo cuento cientos de veces y cada vez lo hace con mas amor.

    Es un Super papá porque es mi compañero, mi amigo, mi complemento y equipo inseparable.Quien me reta a ser mejor cada día y me ayuda a seguir, a pesar de mis equivocaciones y desaciertos.

    Rober, soy una Super mamá porque tú me hacer creer que lo soy, en este día del padre, gracias por ser un Super papá.

    Imagen tomada de la Web

  • Los tres juegos preferidos de mamá

    Mi hija Daniela tiene 21 meses, es una niña despierta y encantadora. A pesar de que tiene varios juguetes modernos y lindos, a su edad el juego imaginativo es el que más llama su atención.

    Uno de sus pasatiempos favoritos es pintar o colorear. Aunque yo también comparto esa afición desde muy pequeña, he redescubierto el gusto por los colores y los dibujos sencillos gracias a ella. En medio de un día atareado, atendiendo la casa, preparando la comida y cuidando de ella y su hermano, unos minutos sentada en el suelo pintando y haciendo garabatos termina siendo el espacio relajante que necesitaba.

    Daniela jugando

    A raíz de esto, me puse a meditar cuales son los juegos o pasatiempos que pueden dar un espacio de relajación a las mamis. Acá se los cuento y se los recomiendo, no solo por el dulce gusto de compartirlos con nuestros hijos, sino porque son como un oasis, en medio de la rutina del día a día.

    1. Pintar o colorear, ya sea con crayolas, colores, acuarelas o hasta con las manos, esta actividad se lleva el primer puesto. No importa cómo, basta empeño y delicadeza, para que esta actividad se vuelva una terapia ocupacional.

    2. Bailar y cantar, mi favorito. Me encanta porque no solo me dibuja siempre una sonrisa, sino porque permite liberar energía positiva y quemar, de paso, unas cuantas calorías.

    3. Contar un cuento. Pero no debe ser un cuento que leamos en un libro, ni alguno que recordemos de nuestra infancia, el reto es que sea una historia inventada por nosotros. Si incluimos como personajes a los miembros de la familia, en situaciones que los niños puedan reconocer y asociar, es mejor, retamos nuestra mente y motivamos su imaginación.

    Las tres actividades exigen mucha concentración y la necesidad de enfocarse en una sola cosa a la vez. Esto hace que nuestra mente se despeje por unos minutos. Según el artículo “El Mito de las multitareas” publicado este mes en la revista Selecciones, los investigadores afirman que concentrarse en una sola cosa a la vez es más productivo, y mejor para nuestra salud y seguridad.

    Sabemos que, en la práctica, las mamas siempre tendremos miles de cosas por hacer. La clave está en priorizar actividades, no exponer nuestra seguridad ni la de nuestra familia (como quienes manejan y se maquillan a la vez) y organizar bien nuestra agenda (dejando espacio para el ocio y unos segundos para nosotras mismas).

    Pero, si no tenemos tiempo para ese minuto relajante, tomando un cafecito con las amigas o leyendo un buen libro, que mejor que sacar provecho de esos momentos de juego de la mano de nuestros hijos.

  • Estimulación Temprana para el alma (tercera parte)

    Hemos de ser conscientes que el mejor maestro y modelo para nuestros hijos somos nosotros mismos. Nuestras palabras serán escuchadas pero el ejemplo que podamos darles es lo que realmente marcará su vida.

    Los primeros en rezar deben ser los padres, al celebrar, al compartir los alimentos, al salir de viaje, en todo momento, enfatizando orar por personas o situaciones concretas. También debemos estar conscientes, que nuestra práctica de fe no debe limitarse a rezar o repetir oraciones, sino, a fomentar un verdadero y cada vez más profundo trato con Dios. Esto debe comenzar cuando el niño entienda el concepto de padre, ya que podrá asociar las cualidades positivas de su padre terrenal con un padre celestial. De igual forma para el acercamiento y conocimiento de María como madre del cielo.

    La prueba de esta fuerte incidencia de los padres se puede encontrar al profundizar en la vida de los santos. Tal es el caso de Juan Pablo II, quien decía: “Mi padre era admirable. Los violentos golpes que tuvo que soportar abrieron en él  una profunda espiritualidad, y su dolor se hacía oración. El mero hecho de verle rezando de rodillas tuvo una influencia decisiva en los años de mi juventud”.

    Recordemos que el 90% de la vocación de una persona es por influencia de sus padres. Al hablar de vocación, no nos referimos exclusivamente a la vida religiosa, sino a dar respuesta a “esa” llamada que todos tenemos, esa que da sentido a nuestra vida y nos hace felices. Es el mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos.

  • Estimulación Temprana para el alma (segunda parte)

    Aunque nuestros hijos estén pequeños esto no impide que desde ya los familiaricemos con algunas experiencias para que, cuando las entiendan, tengan pleno sentido para ellos. A continuación describo algunas actividades prácticas que podemos realizar, incluso desde la gestación.

    • Durante el embarazo, podemos orar en voz alta o compartir con nuestro bebé música religiosa, incluso cantada por nosotros mismos.
    • También podemos leerle textos de la biblia o relacionados con Dios. Lo bueno es que esta buena costumbre de leerle puede seguir siendo parte de nuestra rutina para dormir, cuando ya haya nacido.
    • Al preparar la habitación de nuestro bebé recordemos colocar una imagen de María y un crucifijo. Hay quienes prefieren colocar un cuadro de la virgen o un Rosario al pie de la cuna. Las imágenes relacionadas con el Ángel de la guarda también son comunes. Las imágenes y símbolos serán referentes con los que nuestro hijo irá creciendo y le serán familiares desde pequeño.
    • Nuestro bebé deberá adquirir buenos hábitos de sueño, especialmente cuando se esté preparando para dormir en su propio cuarto (cerca de los 3 meses). Para esto, entre otras cosas, los expertos aconsejan crear una rutina para ir a la cama, que puede incluir música, luz tenue, lectura de un cuento. Podemos aprovechar esta etapa para incluir una breve oración, como parte de sus actividades previas al sueño.
    • Cuando nuestro bebé ya pueda relacionar los nombres con los objetos o personas (cerca de los 9 meses de edad) es momento para que comencemos a mencionar a Jesús y a María, haciendo alusión a cuadros o imágenes que tengamos en casa.
    • Es en este mismo momento de su desarrollo donde comenzamos a enseñarle colores y figuras, por medio de libros. Una biblia ilustrada, puede ser utilizada, especialmente si es justo para niños, dando énfasis a los personajes, Jesús y María.
    • Al llegar al año de edad, nuestro hijo ya estará preparado para comenzar a dar sentido a las oraciones que ha escuchado desde el vientre e incluirlas en su vida cotidiana. Momentos como la Navidad, Semana Santa y las visitas al Sagrario pueden ayudarnos, ya que los símbolos e imágenes están más presentes (el nacimiento, las imágenes de Jesús crucificado), facilitando la explicación de conceptos abstractos, volviéndolos concretos. En esta etapa la imitación y repetición es la forma de aprendizaje de los niños, aspecto que podemos explotar.
    • Entre los 7 y 11 años, ya se están preparando o están prontos a prepararse para su primera comunión, por lo que su idea de Dios y su relación con él puede y debe ser más profunda.
    • Los libros de oraciones o devocionarios pueden ser una gran ayuda para que ellos puedan realizar su propio momento de oración. Tener un altar sencillo o un lugar específico para relazarla puede ser otro recurso útil. Este puede estar incluso en su cuarto.
  • Estimulación Temprana para el alma (primera parte)

    Aprendiendo a orar

    Existen muchos libros e información sobre Estimulación temprana, incluso para cuando nuestros hijos aún están dentro del vientre materno (Estimulación temprana intrauterina), pero es poca o nula la información sobre cómo podemos enseñar a nuestros hijos desde temprano sobre la fe y su relación con Dios.

    ¿A qué edad debo comenzar a hablar a mi hijo sobre Dios? ¿Cómo hacerlo?, ¿A qué edad puedo comenzar a enseñarle a orar?

    Estas interrogantes deben aparecer en el seno de una familia cuyo centro sea Dios. Es bueno que nos interesemos porque nuestros hijos tengan un buen desarrollo físico, intelectual y emocional, pero también espiritual. Debemos estar claros que lo religioso no es algo añadido, sino un elemento que empapa todas las demás áreas de la vida y los momentos familiares comunes.

    ¿Cómo podemos esperar que nuestro hijo de 7 años respete y viva la eucaristía, si no le hemos enseñado qué es y cuál es su importancia?

    La relación de nuestros hijos con Dios debe ir más allá de repetir las oraciones populares y de persignarse, claro, adaptado a cada etapa de su desarrollo y de su edad.

    Según la psicología, existen Períodos Sensitivos, es decir, etapas del desarrollo de la persona que solo pasan una vez en la vida y que desaparecen en la edad adulta. Son los lapsos de tiempo donde, por naturaleza, el niño y adolescente está predispuesto a aprender ciertas virtudes y crear hábitos.

    El primer período va de 0 a los 3 años de edad, en donde se deben cultivar las virtudes del orden, la sinceridad y la obediencia. Es también durante este primera etapa, específicamente al cumplir el primer año de vida, en el niño está listo para aprender el amor a Dios y las prácticas de piedad.

    Imagen tomada de la Web

  • La Familia Light

    Enrique Rojas, psiquiatra, catedrático y escritor, define al hombre light como un “ser hedonista y materialista cuya única meta en la vida consiste en alcanzar el éxito; un ser al que sólo le interesa el dinero y el consumo. En definitiva, un hombre infeliz e inseguro, vulnerable e indiferente por saturación, que ha hecho de la permisividad su nuevo código ético”.

    Pero este personaje no brota de la nada, tiene su origen en un lugar donde se fomentan estos antivalores, la familia light. Lo light no radica solo en cómo vivimos, sino en cómo educamos, y esto es lo que realmente nos debe preocupar.

    Lo Light no es más que la deshumanización de nuestra sociedad, y la promoción del egoísmo, la indiferencia y el relativismo, desde sus cimientos. He aquí algunas de las manifestaciones típicas de la Familia Light*:

    • La familia light suele ser pequeña.
    • Gira en torno a la tecnología: la refrigeradora, la televisión, el reproductor de música, la computadora (con internet claro) y el teléfono celular. El efecto común que causan estos implementos es el aislamiento de cada uno de los miembros de la familia.
    • Los miembros de este tipo de familia nunca rezan juntos. La relación que cada uno tiene con Dios es inexistente o muy personal, en resumen, este tema no se discute.
    • Se habla mucho de sexo: el pudor está superado por completo, y todos tienen una exhaustiva información sobre el tema. Abundan los chistes de doble sentido, incluso, se manifiesta el morbo entre los mismos miembros de la familia. En cambio jamás se habla en serio de amor, de fecundidad, de fidelidad, de entrega.
    • Existe una escasa biblioteca y casi una computadora por cada miembro de la familia.
    • En la familia light todo es trivial salvo lo trivial. Todo es opinable y nada es absoluto. Nadie tiene convicciones ni creencias, sino opiniones, en especial a la hora de discutir los castigos y las normas de la casa.
    • También estas familias tienen sus tragedias, sus amarguras y disgustos. He aquí cuatro significativos ejemplos:

    1. El «fracaso escolar» del niño. La culpa, por supuesto, es siempre del colegio, que se complace en producir traumas, probablemente irreversibles, en la autovaloración del niño.

    2. La niña ha engordado y no tiene nada que ponerse para la fiesta de cumpleaños de su amiga.

    3. A Pedrito se le ha ocurrido decir que quiere ser misionero en Uganda. Hay que tener presente que, en una familia light, la entrega a Dios se considera como tragedia, tolerable solo en las familias de los demás.

    4. Al auto de papá le han hecho un rasguño y no se habla de otra cosa en tres días.

    Además de los aspectos antes detallados, que se gestan al interior de la familia light, esta es abonada por agentes externos que atacan directamente la naturaleza educadora y santificadora de la familia, y que se disfrazan de cotidianidad y modernidad. He aquí algunos ejemplos:

    • La mujer es libre de decidir sobre su cuerpo, el aborto es una opción
    • Estás a la moda? eres sensual? Aprende enviando xxx y recibirás mensajes a tu celular…
    • La libertad es hacer lo que me da la gana
    • El dinero y la popularidad lo es todo
    • Prefieres pasar la navidad con tu familia? Que aburrido eres!

    Pero, ¿qué hacer ante esta plaga silenciosa que carcome nuestra sociedad?

    Tomar en cuenta que lo Light es un parásito que se encuentra creciendo dentro de nuestras familia y que solo puede ser erradicado con un cambio de raíz, generado por los padres hacia los hijos.

    Pero, ¿cómo podemos esperar que la familia no sea light si el hombre y la mujer que la encabezan llevan una vida light?

    La matemática es simple: hombre light + mujer light = matrimonio light (que luego se convierte en familia light cuando llegan los hijos, quienes luego serán hombres y mujeres light). No dejemos que este círculo vicioso siga.  Los padres no solo deben ser proveedores, sino educadores; no solo corregir, sino amar y guiar.

    El ejemplo, el buen testimonio y la coherencia de vida de los padres serán la mejor herramienta para formar los valores que fortalecen desde dentro y para contrarrestar los antivalores que atacan desde afuera. Recordemos que ninguna familia puede con la tempestad si no tiene un timonel y una ruta definida. ¿Y quien mejor que Dios para guiar nuestro barco?

    * Texto en cursivas adaptado del artículo escrito por Enrique Monasterio, http://www.aciprensa.com/Familia/familialight.htm

  • De abuelos y nietos (primera parte)

    Hay quienes dicen que se es hijo hasta que se es padre, y yo comparto este pensamiento. Cuando se tiene la bendición de tener un hijo, se abre una ventana nueva y se tiene una perspectiva totalmente diferente de esos a quienes antes llamábamos padres y que ahora llamamos abuelos.

    Este cambio se refleja en todos los sentidos, en lo personal y en lo familiar. Se incrementa la interacción con ellos y el tiempo y la calidad de tiempo que se comparte, más cuando el nieto o nieta en cuestión es el primero en la familia. Dejan de ser solo padres y se vuelven más evidentes otras facetas como las de maestros, enfermeras y consejeros.

    Pero más allá del compartir que, con la llegada del bebé se vuelve literalmente cotidiano, el cambio más profundo radica en cómo ves a tus padres, lo que eran para ti antes de este gran suceso y lo que llegan a ser, luego del nacimiento de tu hijo.

    Su imagen se vuelve más profunda, espesa, con sustancia. Ese amor que sabías que existía entre tú y tus padres se ha materializado. Se puede tocar y late, o mejor dicho, arde en tu corazón como nunca antes.

    Ya no asumes cuánto te aman tus padres, cuánto amor existe en ese “te quiero” o “te amo” que te dicen y te han repetido desde que tienes memoria, nunca esas dos palabras habían tenido tanto sentido en tu corazón. Ese mismo amor es el que tú sientes por tu hijo, ahora sabes realmente qué es amar de esa manera y todo lo que implica.

    Esta revelación explica muchas cosas: los regaños sin razón aparente, los silencios incómodos en la mesa o en el auto, los desvelos y levantadas temprano (y nosotros como hijos sin saberlo).  Ese sacrificio de toda una vida se vuelve tan claro y tan actual que da miedo.

    Ese “no te metas en mi vida” que algún día dirá ese hijo que ahora tenemos en nuestros brazos, no solo te llevará a pensar “algún día lo entenderás”, sino a meditar en silencio cuántas veces tal vez lo dijimos a nuestros propios padres, sin entender. En ese momento ir hacia ellos y decir un “lo siento”, significará más que hace 10 años.

    Por eso y por lo que me falta por vivir como madre… gracias a mis abuelos por sus cuidados y su cariño, y gracias a mis padres porque ahora los amo y admiro más que antes…todo lo que pueda decir me parece pequeño…gracias Daniela.