Educar en valores implica decir “No”
Pocas reglas pero firmes. Bien decía el sabio, refiriéndose a la educación en el hogar.
Pero hoy en día lo más común es que tratemos de dar todo a nuestros hijos, incluyendo algunos Sí de más.
Muchas veces cumplimos sus caprichos, para que no sigan interrumpiendo la cena da las personas en un restaurante, o porque no queremos quedar como ‘malos padres’.
Indistintamente de cuáles sean nuestras motivaciones, lo cierto es que al no decir NO, al no negarles nada de lo que piden, les hacemos un mal que puede traer consecuencias a largo plazo.
Ventajas de decir NO a nuestros hijos
a) Aprenderán a esperar. No todo se puede obtener de inmediato, como nos lo hacen creer las tecnologías actuales y el ritmo acelerado en que vivimos. Por lo que, al no ceder de inmediato a sus peticiones, cultivamos la paciencia y el respeto al tiempo del otro.
b) Tendrán tolerancia a la frustración. Si las cosa no resultan como esperamos o como deseamos, es normal que sintamos enojo y frustración. Para hacer buen manejo de estas emociones intensas, lo mejor es la práctica.
c) Serán más independientes. Los niños se enfrentarán al reto de hacer cosas solos, cuando optamos por decir “NO te ayudo, puedes hacerlo tú” a algo que ellos puedan hacer por sí mismos.
d) Descubrirán que no todo lo que me apetece es bueno para mí. Sembraremos en ellos semillas de auto control, cuando les mostramos que no todo lo que el cuerpo pide es bueno para él. Todo en exceso y fuera de tiempo es perjudicial, aunque parezca atractivo.
No pensemos que ser permisivos nos hace ser ‘Buenos padres’ Busquemos mejor cultivar todos estos valores, mediante limitantes buenas, sanas y formativas para el carácter de nuestros hijos.
Al final del camino nos daremos cuenta que dejarles aprender por si mismos a enfrentar las dificultades, el rechazo y la frustración no solo los hará más firmes en su carácter, sino que les dará las herramientas emocionales para la vida.