Etiqueta: En familia

  • Ya tiene la parejita!

    «Fomentar valores como el esfuerzo, la generosidad, la entrega, la alegría, la paciencia, el compartir. Eso es algo propio de la familia numerosa, por definición». (Palabras de Regina Medrano, madre de 10, en entrevista para El Periódico

    Pensamientos como este hacen que mi esposo y yo deseemos una familia numerosa. Comenzamos a platicar sobre esto desde novios, y ahora, con dos hijos, seguimos añorando esa oportunidad.

    Digo oportunidad porque hay muchos factores que debemos considerar: económicos y de salud, principalmente.

    Pero hoy en día, tener 3 hijos ya es escandaloso para muchos. Me pasa a menudo que me ven y dicen: ¡que bendición, ya tiene la parejita! ¿ahí se van a quedar, verdad? Apuesto que si tuviera dos niñas dijeran: ¿y van a ir por el varón? como si la familia no fuera familia sin el ejemplar masculino, ¡descendencia segura para el apellido!

    Más allá de eso, está es la mirada de asombro cuando contesto: no, queremos tener más hijos. Es que te miran como si fueras una loca irresponsable, como si fueras una ignorante que no sabe de planificación familiar o una idealista que no sabe que los hijos cuestan. Así dicen: ¡los hijos cuestan!

    ¡Y tienen razón! en el sentido que ser padres no es fácil, pero no veo a mis hijos como una carga, al contrario, son mi fuerza y la razón para luchar cada día. 

    Creo que las familias numerosas son tierra fértil para el cultivo de valores como la tolerancia, respeto, solidaridad, generosidad, austeridad, trabajo en equipo; valores que quiero para mis hijos. Y no digo que sea el único lugar o forma en que los niños aprenden todo esto, solo digo que es más propenso, por la misma naturaleza de este tipo de convivencia; algo que personalmente quiero para mi familia.

    Tampoco creo que todos deberíamos tener familia numerosa, sino que cada familia debe crecer y tener el estilo de crianza que sea más acorde a su realidad y a sus preferencias. La cantidad no debería ser lo más relevante, sino que cada hijo se eduque de forma consciente y con amor. 

    Lo que no entiendo es como actualmente muchos promueven que las mujeres tienen derecho a decidir si abortar o no (como si la vida que llevan dentro fuera una cosa o fuera de su propiedad) y ¡las que queremos tener más de uno o dos hijos somos unas inconscientes e irresponsables!! que mundo loco.

    El problema está en la mentalidad que tenemos de todo actualmente, todo es negativo. Antes los hijos eran sinónimo de bendición, de prosperidad; ahora más hijos es igual a más gastos y responsabilidades.

    Muchos creen que traer más hijos al mundo es irresponsable por la sobrepoblación y porque vamos a contaminar más, porque no hay trabajo, entre otras cosas. Pero por qué no verlo desde la perspectiva positiva: en lugar de decir un contaminador más, pensemos en que será una persona más promoviendo el cuido del medio ambiente; en vez de un desempleado más, digamos: ahí está ese que generará empleo. No limitemos el impacto positivo que una familia y una vida pueden generar en este mundo. 

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  • El primer corte de pelo

    Todo lo nuevo, tanto para los padres como para el bebé, marca un antes y un después en la forma de hacer o vivir las cosas.

    Una nueva experiencia que vivimos en familia hace poco fue el primer corte de cabello de Daniela y Bobby. Por el hecho de que está aún muy pequeño, Bobby tuvo que ir al salón como su hermana, pero claro que luego irá a cortarse el pelo a la Barbería, como papá, jeje.

    Primero pasó el gordo. Bello y peludo, se mostró atento a todos y cada uno de los movimientos de la señorita que nos atendió. Se veía hermoso con su batita de perritos. Yo lo tuve en mi regazo todo el tiempo, debido a que todavía no se sienta solito. Además, así sería más fácil controlar sus movimientos.

    Sin mayor problema pudimos tomar las respectivas fotos del momento y perfilarle su cabello. Corte muy varonil por cierto. En ningún momento lloró, y solo se mostraba alerta cuando escuchaba cerca algún ruido inesperado.

    Yo me puse tensa, tengo que aceptarlo. La verdad es que, aunque en el lugar sean muy profesionales, uno de mamá siempre se pone nerviosa. Pero traté de poner mi mejor cara y comunicarle seguridad, para que él también se sintiera relajado. Primera prueba superada.

    Para Daniela también fue su primer corte, a pesar de tener casi 2 años. Igual se mostró tranquila y a la expectativa de todo: los ruidos y las acciones de las personas a su alrededor, pero de una forma más madura, como pensativa y analizando su entorno. Se veía tan grande que casi lloro. Eso si, no podía faltar la sillita con alguna forma divertida, que en este caso fue de carro de carreras.

    De esta experiencia, he podido concluir algunos puntos que creo pueden servirle a más de alguna, y que definitivamente retomaré cada vez que vayamos a un corte.

    1. Algunos aconsejan cortarles el cabello cuando están pequeñitos, para agilizar la salida del cabello definitivo (ya que generalmente el pelo con el que nacen se les cae) o para emparejarlo cuando tienen espacios ralos. En mi caso, he preferido hacerlo cuando el cabello se ve desordenado o sin forma.
    2. Muchos sugieren que al bebé es mejor cortarle el cabello cuando está dormido o luego del baño para que esté más relajado. Sea cual sea el antes o durante, recomiendo bañar al bebé luego del corte para liberarlo de todos los vellos que quedan pegados al cuerpo, principalmente en la zona de la cara.
    3. Si vas a hacer el primer corte tu misma o en casa, coloca música relajante de fondo, viste al bebé con ropa liviana fácil de quitar o únicamente con una toalla o bata, y recuerda colocar un plástico o tela abajo para que te sea más sencillo retirar los cabellos que caigan.
    4. Si has optado por llevar a tu bebé a un lugar como la peluquería o salón, lleva mínimo una muda de ropa para él. Y si vas a sostenerlo durante el proceso, lleva otra blusa para ti también.
    5. ¿Tijeras o máquina? para mi que ambas, dependiendo de la zona de la cabeza que se quiera perfilar. Si se utilizan tijeras, de preferencia que sean de punta redonda.
    6. Recuerda tratar de realizar el corte cuando tu bebé haya descansado y esté satisfecho, para que no se muestre más inquieto de lo normal.
    Algo que me pareció interesante es que, según la señorita que nos atendió, ahora los padres ya no acostumbran guardar un mechón de cabello de sus hijos, cuando les cortan la primera vez el cabello. Y yo que pensaba que era algo muy común. Yo si me quedé con un trozo de ambos como recuerdo. Y tu lo hiciste?
  • Ni mío ni tuyo

    Ni mío ni tuyo

    Una de las principales molestias en el matrimonio es la sombra del pasado, en sus múltiples formas.
    Algunas de estas se mantienen ocultas, hasta cuando son tan monstruosas, que no nos caben en el ropero.

    Me refiero a esos disgustitos que no discutimos, pero que sabemos están ahí, abajo de un montón de ropa sucia, esperando salir. Otras, más sutiles, están relacionadas con las costumbres que teníamos, cuando éramos solteros y vivíamos con nuestros padres.

    Hoy quiero hablar específicamente de las tradiciones o hábitos familiares. Esas con las que crecimos y están tan arraigadas en nosotros. Veamos algunos ejemplos:

    –    Él pregunta: ¿y por qué doblas las camisas así?, ASÍ NO SE HACE, mi mamá las doblaba de esta otra manera…

    –   O ella dice: las verduras se comen crudas, ESA ES LA FORMA CORRECTA, así las comíamos en casa…

    Sea cual sea la situación, y por más absurdos que parezcan mis ejemplos, las palabras que están en mayúscula son las que desatan la discusión entre los recién casados.

    El punto es que cada parte de este nuevo todo, trae a la palestra prácticas propias que parecen absolutas. Cada uno piensa que su manera de hacer las cosas es única o que es la mejor.

    En este caso lo mejor es que ambos creen sus propias costumbres. No tu modo ni mi estilo de doblar las camisas, ni de cocinar las verduras; sino una nueva, la NUESTRA.

    Esto no solo evitará discusiones innecesarias, también ayudará a construir poco a poco la identidad de familia, esa que ahora forman dos, pero que luego serán 3 o más. También fomentará la comunicación y creará espacios para practicar valores como la paciencia, cooperación, tolerancia y respeto.

    La vida familiar se construye con detalles y momentos. Estos deben ser armoniosos y constructivos. La familia será fortalecida en gran parte por las actividades, juegos, tópicos y hábitos que compartan todos sus miembros.

    El reto será crear costumbres y tradiciones familiares que fortalezcan los lazos entre todos los que la componen. ¡Seamos creativos y originales!

    Acá les dejo algunas sugerencias:

    –      Compartir una comida especial periódicamente con los amigos de la familia.

    –      Sentarse todos a la mesa a cenar y platicar sobre su día

    –      Acudir todos a la cama de quien amanece de cumpleaños a felicitarlo

    –      Hacer deporte juntos o compartir una afición

    –      Establecer días especiales para realizar actividades especificas como: baile, películas, karaoke u otra manifestación artística, o de juegos al aire libre o viajes fuera de la ciudad

    –      Armar rompecabezas juntos o juegos de mesa

    –      Saludarse de alguna forma secreta, que solo sepan los miembros de la familia

    ¿Qué otras actividades sugieren?

    Imágenes tomadas de la Web

  • Mis mamicards

    Ansiaba tanto publicar este post. Y es que desde hace meses soñaba con pedir que me diseñaran mis mamicards, concepto que nació en Europa, pero que espero se prolifere acá por estos lados del mundo.

    Las mamicards son tarjetas de presentación, donde lo que resalta es el trabajo que muchas realizamos como madres de tiempo completo.

    En mi caso, pedí a Xpresate que me hiciera unas a mi gusto, me encantan!!!

    Al frente, tienen un dibujo de mis dos tesoros y yo. Y al reverso, he puesto mi información más general: correo de contacto, blog, profesión, teléfonos y las fechas de nacimiento de los nenes.

    La idea es que estas tarjetas se entreguen cuando conozcamos otras mamás de amigos de nuestros hijos, en el kinder o colegio, en fin, donde sea que nos desarrollemos o se desarrollen ellos.

    Es una forma diferente de compartir y mantener contacto con otras mamás y amigas, y claro dar a conocer el blog. Lo bonito es que podemos explotar nuestra creatividad! Las mías son de 2 caras, pero hay infinitas formas de hacerlas.

    Espero les gusten y se animen a sacar las suyas!

  • Todos para uno y uno para todos

    Con los niños pequeños todos los días se dan cosas nuevas. Para muestra un botón. La semana pasada mi hijo Roberto y la pacha se conocieron. No fue amor a primera vista, pero se acomodó rápido al biberón.

    Lo interesante de esta nueva experiencia no fue su reacción, sino la de Daniela. Se quedaba mirando interesada en lo que sucedía.

    Cuando él comenzó a llorar, rechazando esa nueva textura del biberón, diferente a tomar pecho (aunque la leche es la misma), ella me miró y dijo: “Mamá, Bibby triste”, como queriendo explicar el llanto de su hermano.

    A mí me sorprendió el análisis que demostró en sus palabras tan sencillas. Ella asoció la cara y las lágrimas del niño a un sentimiento, y a ese objeto nuevo que estaba probando. Pero lo más encantador para mi es que se mostro preocupada por él.

    Es ahí donde pensé en los increíbles y especiales lazos que desde ya se están formando entre ellos. Los hermanos se vuelven un equipo, en este caso, una pareja de exploradores que se acompañarán durante la expedición, que les espera por la selva de la vida.

    Desde tan pequeños expresan el cariño por el otro, con una mirada, una sonrisa o un juego simple de me escondo y me encuentras. Es impresionante como ya se está forjando esa camaradería y complicidad, que luego los llevará a ser grandes amigos, el menos eso espero.

    Alguna vez alguien me dijo que el mejor regalo que podíamos dar a Daniela era un hermanito, y creo que tenía razón. Pero definitivamente en nosotros está ensenarles desde ahora a compartir, a valorar sus diferencias como oportunidades de aprendizaje y no como motivo de discordia o envidia entre ellos (cosa que es muy común entre algunos hermanos).

    Les aseguro que disfruto cada momento en que ellos se descubren entre sí, pero añoro verlos jugar y correr juntos, ver cómo serán un poco más grandes.

    Me los imagino como los mosqueteros, siempre juntos y viviendo grandes aventuras, jugando en la sala de la casa; usando mantas y un palo para crear una fortaleza, defendiendo al otro de los villanos. Nunca uno en contra del otro, sino juntos contra el mundo y sus adversidades, apoyándose pase lo que pase.

    Y es que desde ya es nuestro deber como padres formar en ellos esa necesidad de familia y creo que entre hermanos es que mejor se aprende la tolerancia, la solidaridad, la generosidad y el respeto.

    Las peleas existirán, es inevitable y hasta saludable, pero el reto está en mostrarles con el ejemplo que el amor de familia es incondicional y eterno. Aunque se descubran diferentes, mientras vayan creciendo e individualizándose, hay un lazo y una fuente común que es su familia y el amor que existe entre ellos, y me consta, desde que se conocieron, cuando Bobby estaba aún en mi vientre.

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  • La Cultura Rápida en la familia

    La cultura rápida surge en medio de un mundo globalizado, donde la rapidez se toma como sinónimo de eficiencia y de buen uso del tiempo, aunque en la realidad esto no es del todo cierto.

    Esta cultura ha invadido varios ámbitos de nuestra vida: la comida rápida nos permite comer sin esperar muchos minutos, compramos nuestra comida y hasta el cafecito de la tarde sin bajarnos del automóvil, podemos estar comunicados de múltiples formas desde nuestro teléfono móvil, hacemos nuestras transacciones bancarias desde nuestra casa, ya sea por teléfono o por medio de la Web; solo por mencionar algunas implicaciones prácticas.

    Aunque la comodidad y la inmediatez al realizar algunas actividades diarias, y el acceso a herramientas tecnológicas podrían catalogarse como beneficios, existen otras facetas en donde la cultura rápida ha intervenido, pero afectando negativamente.

    Nuestra forma de pensar se ha vuelto más práctica y hasta insensible ante las realidades sociales, asumimos que el escalar profesionalmente y el adquirir bienes materiales en corto tiempo es de personas exitosas, tomamos el ajetreo y el desorden como sinónimo de trabajo duro, y que quien se muestra “relajado” no trabaja o es perezoso.

    Al ser absorbidos por las actividades cotidianas, el tráfico, las múltiples ocupaciones profesionales y sociales, caemos en el peligro de ser peones de la cultura rápida y llevar esta forma de vida a nuestro hogar. Ya no tenemos tiempo para comer en familia, nos comunicamos por medio del celular, correo electrónico o redes sociales (aun estando en la misma casa).

    Aun peor, creemos no tener tiempo para hablar con Dios, tanto a nivel personal como en familia. Poco a poco se nos va la vida y nos olvidamos de vivirla realmente.

    A largo plazo, este ritmo afecta la forma en que educamos a nuestros hijos. Llegamos tan cansados a nuestra casa que nos olvidamos de compartir con ellos. ¿Cómo vamos a inculcar principios y valores en ellos si no nos detenemos a conversar, y a analizar lo que piensan, sienten y viven?

    Un día despertaremos con un poco de tiempo libre y querremos hablar. Será tarde, ellos abran crecido y tendrán sus propios afanes y carreras.

    Imágenes tomadas de la Web

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  • Los tres juegos preferidos de mamá

    Mi hija Daniela tiene 21 meses, es una niña despierta y encantadora. A pesar de que tiene varios juguetes modernos y lindos, a su edad el juego imaginativo es el que más llama su atención.

    Uno de sus pasatiempos favoritos es pintar o colorear. Aunque yo también comparto esa afición desde muy pequeña, he redescubierto el gusto por los colores y los dibujos sencillos gracias a ella. En medio de un día atareado, atendiendo la casa, preparando la comida y cuidando de ella y su hermano, unos minutos sentada en el suelo pintando y haciendo garabatos termina siendo el espacio relajante que necesitaba.

    Daniela jugando

    A raíz de esto, me puse a meditar cuales son los juegos o pasatiempos que pueden dar un espacio de relajación a las mamis. Acá se los cuento y se los recomiendo, no solo por el dulce gusto de compartirlos con nuestros hijos, sino porque son como un oasis, en medio de la rutina del día a día.

    1. Pintar o colorear, ya sea con crayolas, colores, acuarelas o hasta con las manos, esta actividad se lleva el primer puesto. No importa cómo, basta empeño y delicadeza, para que esta actividad se vuelva una terapia ocupacional.

    2. Bailar y cantar, mi favorito. Me encanta porque no solo me dibuja siempre una sonrisa, sino porque permite liberar energía positiva y quemar, de paso, unas cuantas calorías.

    3. Contar un cuento. Pero no debe ser un cuento que leamos en un libro, ni alguno que recordemos de nuestra infancia, el reto es que sea una historia inventada por nosotros. Si incluimos como personajes a los miembros de la familia, en situaciones que los niños puedan reconocer y asociar, es mejor, retamos nuestra mente y motivamos su imaginación.

    Las tres actividades exigen mucha concentración y la necesidad de enfocarse en una sola cosa a la vez. Esto hace que nuestra mente se despeje por unos minutos. Según el artículo “El Mito de las multitareas” publicado este mes en la revista Selecciones, los investigadores afirman que concentrarse en una sola cosa a la vez es más productivo, y mejor para nuestra salud y seguridad.

    Sabemos que, en la práctica, las mamas siempre tendremos miles de cosas por hacer. La clave está en priorizar actividades, no exponer nuestra seguridad ni la de nuestra familia (como quienes manejan y se maquillan a la vez) y organizar bien nuestra agenda (dejando espacio para el ocio y unos segundos para nosotras mismas).

    Pero, si no tenemos tiempo para ese minuto relajante, tomando un cafecito con las amigas o leyendo un buen libro, que mejor que sacar provecho de esos momentos de juego de la mano de nuestros hijos.

  • La Familia Light

    Enrique Rojas, psiquiatra, catedrático y escritor, define al hombre light como un “ser hedonista y materialista cuya única meta en la vida consiste en alcanzar el éxito; un ser al que sólo le interesa el dinero y el consumo. En definitiva, un hombre infeliz e inseguro, vulnerable e indiferente por saturación, que ha hecho de la permisividad su nuevo código ético”.

    Pero este personaje no brota de la nada, tiene su origen en un lugar donde se fomentan estos antivalores, la familia light. Lo light no radica solo en cómo vivimos, sino en cómo educamos, y esto es lo que realmente nos debe preocupar.

    Lo Light no es más que la deshumanización de nuestra sociedad, y la promoción del egoísmo, la indiferencia y el relativismo, desde sus cimientos. He aquí algunas de las manifestaciones típicas de la Familia Light*:

    • La familia light suele ser pequeña.
    • Gira en torno a la tecnología: la refrigeradora, la televisión, el reproductor de música, la computadora (con internet claro) y el teléfono celular. El efecto común que causan estos implementos es el aislamiento de cada uno de los miembros de la familia.
    • Los miembros de este tipo de familia nunca rezan juntos. La relación que cada uno tiene con Dios es inexistente o muy personal, en resumen, este tema no se discute.
    • Se habla mucho de sexo: el pudor está superado por completo, y todos tienen una exhaustiva información sobre el tema. Abundan los chistes de doble sentido, incluso, se manifiesta el morbo entre los mismos miembros de la familia. En cambio jamás se habla en serio de amor, de fecundidad, de fidelidad, de entrega.
    • Existe una escasa biblioteca y casi una computadora por cada miembro de la familia.
    • En la familia light todo es trivial salvo lo trivial. Todo es opinable y nada es absoluto. Nadie tiene convicciones ni creencias, sino opiniones, en especial a la hora de discutir los castigos y las normas de la casa.
    • También estas familias tienen sus tragedias, sus amarguras y disgustos. He aquí cuatro significativos ejemplos:

    1. El «fracaso escolar» del niño. La culpa, por supuesto, es siempre del colegio, que se complace en producir traumas, probablemente irreversibles, en la autovaloración del niño.

    2. La niña ha engordado y no tiene nada que ponerse para la fiesta de cumpleaños de su amiga.

    3. A Pedrito se le ha ocurrido decir que quiere ser misionero en Uganda. Hay que tener presente que, en una familia light, la entrega a Dios se considera como tragedia, tolerable solo en las familias de los demás.

    4. Al auto de papá le han hecho un rasguño y no se habla de otra cosa en tres días.

    Además de los aspectos antes detallados, que se gestan al interior de la familia light, esta es abonada por agentes externos que atacan directamente la naturaleza educadora y santificadora de la familia, y que se disfrazan de cotidianidad y modernidad. He aquí algunos ejemplos:

    • La mujer es libre de decidir sobre su cuerpo, el aborto es una opción
    • Estás a la moda? eres sensual? Aprende enviando xxx y recibirás mensajes a tu celular…
    • La libertad es hacer lo que me da la gana
    • El dinero y la popularidad lo es todo
    • Prefieres pasar la navidad con tu familia? Que aburrido eres!

    Pero, ¿qué hacer ante esta plaga silenciosa que carcome nuestra sociedad?

    Tomar en cuenta que lo Light es un parásito que se encuentra creciendo dentro de nuestras familia y que solo puede ser erradicado con un cambio de raíz, generado por los padres hacia los hijos.

    Pero, ¿cómo podemos esperar que la familia no sea light si el hombre y la mujer que la encabezan llevan una vida light?

    La matemática es simple: hombre light + mujer light = matrimonio light (que luego se convierte en familia light cuando llegan los hijos, quienes luego serán hombres y mujeres light). No dejemos que este círculo vicioso siga.  Los padres no solo deben ser proveedores, sino educadores; no solo corregir, sino amar y guiar.

    El ejemplo, el buen testimonio y la coherencia de vida de los padres serán la mejor herramienta para formar los valores que fortalecen desde dentro y para contrarrestar los antivalores que atacan desde afuera. Recordemos que ninguna familia puede con la tempestad si no tiene un timonel y una ruta definida. ¿Y quien mejor que Dios para guiar nuestro barco?

    * Texto en cursivas adaptado del artículo escrito por Enrique Monasterio, http://www.aciprensa.com/Familia/familialight.htm

  • De abuelos y nietos (primera parte)

    Hay quienes dicen que se es hijo hasta que se es padre, y yo comparto este pensamiento. Cuando se tiene la bendición de tener un hijo, se abre una ventana nueva y se tiene una perspectiva totalmente diferente de esos a quienes antes llamábamos padres y que ahora llamamos abuelos.

    Este cambio se refleja en todos los sentidos, en lo personal y en lo familiar. Se incrementa la interacción con ellos y el tiempo y la calidad de tiempo que se comparte, más cuando el nieto o nieta en cuestión es el primero en la familia. Dejan de ser solo padres y se vuelven más evidentes otras facetas como las de maestros, enfermeras y consejeros.

    Pero más allá del compartir que, con la llegada del bebé se vuelve literalmente cotidiano, el cambio más profundo radica en cómo ves a tus padres, lo que eran para ti antes de este gran suceso y lo que llegan a ser, luego del nacimiento de tu hijo.

    Su imagen se vuelve más profunda, espesa, con sustancia. Ese amor que sabías que existía entre tú y tus padres se ha materializado. Se puede tocar y late, o mejor dicho, arde en tu corazón como nunca antes.

    Ya no asumes cuánto te aman tus padres, cuánto amor existe en ese “te quiero” o “te amo” que te dicen y te han repetido desde que tienes memoria, nunca esas dos palabras habían tenido tanto sentido en tu corazón. Ese mismo amor es el que tú sientes por tu hijo, ahora sabes realmente qué es amar de esa manera y todo lo que implica.

    Esta revelación explica muchas cosas: los regaños sin razón aparente, los silencios incómodos en la mesa o en el auto, los desvelos y levantadas temprano (y nosotros como hijos sin saberlo).  Ese sacrificio de toda una vida se vuelve tan claro y tan actual que da miedo.

    Ese “no te metas en mi vida” que algún día dirá ese hijo que ahora tenemos en nuestros brazos, no solo te llevará a pensar “algún día lo entenderás”, sino a meditar en silencio cuántas veces tal vez lo dijimos a nuestros propios padres, sin entender. En ese momento ir hacia ellos y decir un “lo siento”, significará más que hace 10 años.

    Por eso y por lo que me falta por vivir como madre… gracias a mis abuelos por sus cuidados y su cariño, y gracias a mis padres porque ahora los amo y admiro más que antes…todo lo que pueda decir me parece pequeño…gracias Daniela.

  • De abuelos y nietos (segunda parte)

    La relación entre un abuelo y un nieto es todavía un misterio que estoy comenzando a entender (aunque tengo 27 años de ser nieta, no es lo mismo ver el fenómeno como espectadora).

    Cuando sus miradas se encuentran es como si se conocieran desde siempre, como si el mundo se detuviera en ese instante y las palabras sobraran. Ese momento romántico se vuelve perfecto cuando es interrumpido por una carcajada infantil, que ilumina el espacio.

    Y es que esa complicidad espontánea que existe entre ambos no se enseña, solo se va perfeccionando con el tiempo.

    Abuelo y nieto son como los extremos de una misma cuerda, los separa una brecha natural que dan los años, pero al encontrarse el uno con el otro se entrelazan de una manera perfecta, cerrando el círculo infinito de la vida.

    Porque el abuelo ve reflejado a su hijo o hija en la mirada inocente del nieto, en un instante, pero ve la eternidad de lo que fue y de lo que nunca pudo ser.

    Ese amor incondicional del padre se vuelve indescriptible cuando viene del abuelo, quien es padre al cuadrado. Ama el doble, abraza, besa y consiente el doble, sin responsabilidades ni compromisos, solo por el simple hecho de amar.